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EL FIN DE UNA ÉPOCA | CAMBIO DE LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA

¿Cómo salimos de esta?

El debate sobre el modelo de crecimiento ha sido arrollado por las penurias del día a día Los economistas piden mirar al largo plazo y apostar por los sectores tecnológicos

Varias edificios en construcción en el Parque forestal de Valdebebas.
Varias edificios en construcción en el Parque forestal de Valdebebas.Claudio Alvarez

Noviembre de 2009. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, proclama, entre los aplausos de los afiliados socialistas que han acudido a su mitin en Madrid, los principios de la Ley de Economía Sostenible, con la que su Ejecutivo pretende dar la vuelta al modelo económico español. Los ejes del cambio son muchos y difusos: ahorro energético, impulso a las energías renovables, una educación de calidad, inversión en I+D, internacionalización de las empresas y "un urbanismo a la medida del hombre y no del especulador".

"Tenemos que incorporar al mayor número de personas para este gran impulso colectivo que dará a la economía española sostenibilidad, capacidad de crecimiento y de crear empleo y, por supuesto, la hará más equitativa", desgrana Zapatero ante un auditorio entregado. Aún no ha llegado lo más duro de la crisis: la economía española ya ha entrado en recesión y la tasa de paro sube con fuerza, pero gran parte de la sociedad aún no sufre el castigo en su día a día. Los debates económicos en radio y televisión ganan popularidad en torno a una temática única: los principios que deben regir el modelo de crecimiento español.


Zapatero anuncia Ley de Economía Sostenible. (Izquierda Internacionalista)

Cuatro años después, con otro Gobierno de un signo político radicalmente opuesto, apenas queda nada del cambio prometido y la discusión sobre el rumbo de la deprimida economía española se reduce a ámbitos académicos. "El debate sobre el modelo económico ha desaparecido porque las políticas de austeridad han cercenado las posibilidades de cambio". Quien habla es el economista Nacho Álvarez, miembro del colectivo crítico Econonuestra e investigador del Instituto Complutense de Estudios Internacionales. "Nadie está en esto", constata el también economista y autor de Hay vida después de la crisis, José Carlos Díez.

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Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), pide un modelo que vaya más allá de la moderación salarial y la devaluación interna, conceptos que han sustituido a la prima de riesgo en el vocabulario económico de calle. "Basar el crecimiento en producir más barato bajando salarios es pan para hoy y hambre para mañana", admite el catedrático de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). A su juicio, el Ejecutivo de Mariano Rajoy debería centrar sus esfuerzos en potenciar sectores de tecnología media en los que España sí tiene ventaja competitiva. También facilitar la creación de empresas.

Por sectores, Ontiveros ve potencial en biotecnología y en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y considera prioritario diversificar la economía con la idea de potenciar los nichos tecnológicos. "Hemos pecado de exceso de concentración en industrias no intensivas en conocimiento, como la construcción, y la consecuencia es la situación actual". Sin embargo, el máximo responsable de AFI no se olvida del turismo, uno de los sectores que históricamente más ha contribuido al crecimiento. "Debemos mejorar la calidad de la oferta turística y poner en valor nuestro activos más allá del sol y playa", añade Ontiveros, quién también ve necesario abrirse a la creciente demanda asiática.

Llevamos hablando de lo mismo desde los años setenta y el cambio ha sido mínimo Alejandro Inurrieta (especialista en Hacienda pública)

En la misma línea, Díez reivindica los valores de las industrias tradicionales —entre las que destaca la turística y la agroalimentaria— y exhorta al Gobierno a recapitalizarlos a corto plazo y a mejorar su calidad para atraer al cliente exterior. En el largo plazo, Díez ve dos caminos posibles para la economía nacional: optar por una salida de la crisis similar a la de Argentina en 2002 —devaluando sus activos y no modernizando su sistema productivo— o seguir un camino similar al de Corea del Sur —donde la población unió sus fuerzas y los sectores de alta tecnología ganaron peso hasta convertirse en la principal fuente de crecimiento económico—.

"Así visto, es muy evidente, pero las decisiones que se están tomando no se parecen en nada [a la solución surcoreana]", asegura Díez. A su juicio, Europa sigue los pasos de Japón, que todavía padece los coletazos de la crisis que paralizó su economía durante dos décadas, algo que "no se puede permitir con los actuales niveles de paro y endeudamiento".

¿Crisis o cambio de época?

"No es una crisis, es un cambio de época". Así de contundente se expresa el catedrático de Ciencia Política de la Universitat Autònoma de Barcelona, Joan Subirats. "El cambio tecnológico es brutal, la irrupción de internet lo ha cambiado todo y vamos hacia un mundo mucho más interrelacionado", añade.

Por el contrario, Gil Calvo no aprecia diferencias de calado entre esta y otras crisis. "Por fundamentos económicos, esta recesión no es diferente de las anteriores, salvo en su magnitud". A su juicio, la principal diferencia reside en el intento del Banco Central Europeo de cambiar de modelo de política económica hacia políticas neoliberales bajo el pretexto de la recesión. "La crisis ha sido aprovechada para tratar de variar modelo de negocio a escala global", concluye.

Para que España siga la estela de la exitosa salida del túnel que vivió Corea del Sur a finales de los noventa, Díez coincide con Ontiveros en la receta básica: que el modelo se base en el conocimiento y no en competir en costes laborales. "Tenemos que estar en los nuevos sectores, como las renovables, y apostar por la innovación", añade. Para que pueda llevarse a cabo esta última premisa, repetida hasta la saciedad por gobernantes de todos los colores políticos entre 2008 y 2010 pero olvidada en los últimos años, ambos economistas consideran básica una reconversión del sistema educativo y reorientar las inversiones hacia el I+D para vincular las empresas a largo plazo.

Juan Ignacio Crespo, estadístico del Estado y autor del libro Las dos próximas recesiones (Deusto), cree que esta crisis, como todas las que tienen origen en disfunciones del sistema financiero, durará lo que tarden los bancos en recapitalizarse —"entre 2018 y 2020"—. "Aún nos quedan cuatro o cinco años de deterioro, pero los ajustes conseguirán que se salga con fuerza de la crisis y la clase media recuperará todo el terreno perdido", concluye.

El debate sobre el modelo económico ha desaparecido porque las políticas de austeridad han cercenado las posibilidades de cambio

Nacho Álvarez (Instituto Complutense de Estudios Internacionales)

Alejandro Inurrieta, economista especializado en Hacienda pública y programación económica, califica de "mantra" la idea de cambio de modelo económico. "Llevamos hablando de lo mismo desde los años setenta y el cambio ha sido mínimo". Inurrieta considera que el tejido empresarial español es "débil", afirmación que, a su parecer, se refleja en la pauta de crecimiento en el periodo anterior a la crisis. "Nuestra economía es de consumo y no de producción; cuando se ha producido una caída de la demanda, España ha frenado en seco", explica por teléfono.

Basar el crecimiento en producir más barato como consecuencia de la bajada de salarios es pan para hoy y hambre para mañana

Emilio Ontiveros (Analistas Financieros Internacionales)

Aunque Inurrieta coincide con Ontiveros y Díez en la necesidad de potenciar sectores de alto valor añadido, es pesimista al evaluar las posibilidades reales de llevar a cabo este modelo. "El 60% de los parados tienen una educación primaria, así es complicado crecer en sectores tecnológicos", opina. En estas circunstancias, Inurrieta augura una década negra en términos laborales: "A medio plazo no se puede cambiar el modelo productivo y la tasa de paro no bajará del 10%".

A su desesperanza sobre el futuro próximo contribuye lo que él considera uno de los mayores déficits estructurales: la ausencia de una clase media empresarial por la fragilidad del tejido productivo español. "En España, salvo en casos contados, hemos abandonado la industria nacional y el daño sobre la economía ha sido inmenso", argumenta.

El 60% de los parados tienen una educación primaria, así es complicado crecer en sectores tecnológicos

José Carlos Díez (Profesor de Icade)

Álvarez prefiere centrar las responsabilidades en las "erróneas" políticas públicas que se han tomado a raíz de la recesión y distingue dos periodos en la crisis: un shock inicial [entre 2008 y 2010] que disparó el paro y los despidos y una segunda fase, en la que estamos inmersos, caracterizada por la deuda galopante y las medidas "conservadoras" que han dañado el mercado de trabajo. "El primer golpe pudo haber sido contenido, pero el intento de devaluación interno ha sido nocivo". Este experto señala a la segunda reforma laboral como especialmente dañina: "Ha generado mayor inestabilidad y dificulta los planes de inversión futura de las familias, como comprarse una casa".

En una línea similar se sitúa el sociólogo Enrique Gil Calvo, aunque prefiere centrar su crítica en las altas instancias económicas europeas. "Han dicho: esta es la nuestra y están dando los pasos para implantar el modelo ordoliberal que opta por la devaluación interna", subraya. A su juicio, el BCE y Bundesbank han querido "dar una lección a las clases populares europeas" y lo han hecho basándose en la austeridad como única forma de salir de la crisis. "Sin recesión, no habrían conseguido que las clases trabajadoras europeas aceptasen este cambio estructural", zanja.

España está atrapada en una espiral implosiva: el nivel de paro es asfixiante y la deuda insostenible

Santiago Niño Becerra (profesor de la Universidad Ramón Llull)

Aún más pesimista se muestra Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull y autor de Diario del Crash (Libros del Lince, 2013). "España está atrapada en una espiral implosiva: el nivel de paro es asfixiante y la deuda insostenible", afirma. A su juicio, el margen de actuación es mínimo y la probabilidad de que el rebote tenga efectos "importantes" sobre el mercado de trabajo "no es muy alta".

Álvarez sí ve margen de mejoría si las políticas de austeridad terminan pronto y se revierte la tendencia a la baja de los salarios. "Sectores como el geriátrico y el de rehabilitación de viviendas tienen gran potencial de generación de empleo y son medioambientalmente sostenibles". Ahí juega España su particular partido el próximo lustro.

Coste laboral por hora

País Coste para la empresa
Suecia 39,2 euros
Francia 34,2 euros
Alemania 30,5 euros
Italia 27,2 euros
Reino Unido 21,6 euros
España 21 euros
Portugal 11,6 euros

FUENTE: Eurostat.

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