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Un libro revela que la princesa Mabel fue espía en los noventa

Más secretos en el pasado de la esposa de Friso de Holanda

Isabel Ferrer
La princesa Mabel de Holanda, en abril de 2011.
La princesa Mabel de Holanda, en abril de 2011.CORDON PRESS

El pasado de la princesa Mabel Wisse Smit de Holanda, esposa de Friso, segundo hijo de la reina Beatriz, vuelve a perseguirla. Primero fue un antiguo novio mafioso que casi desbarata su boda en 2004. Ahora es un episodio de espionaje de tinte casi novelesco. Volcada en el cuidado de Friso, en coma desde el accidente de esquí que sufriera en febrero, en Austria, Mabel habría colaborado con los servicios secretos de su país en 1995.

Fue durante las negociaciones que pusieron fin a la guerra de Bosnia, en los Balcanes, y cuya paz fue sellada en los denominados Acuerdos de Dayton. En aquellos momentos, Mabel no formaba parte de la casa de Orange. Era una ciudadana anónima licenciada en Ciencias Políticas que había sido becaria en dos lugares clave: el ministerio de Asuntos Exteriores de su país y Naciones Unidas.

 Según las memorias de Frits Hoekstra, espía de los servicios secretos holandeses, Mabel habría mantenido contactos con el entonces ministro bosnio de Exteriores, Mohamed Sacirbey, a petición del espionaje holandés. Se da la circunstancia de que Mabel y Sacirbey tuvieron una relación sentimental, y “la información proporcionada (por la hoy princesa) era muy útil para estar al tanto de la estrategia bosnia en las negociaciones de paz”, dice Hoekstra.

El libro se titula El servicio, y la revelación de su pasado secreto ha sido recogida por la revista HP/De Tijd. En 2004, cuando ella se comprometió con el príncipe Friso, se produjo un escándalo. Mabel había salido con Klass Bruinsama, traficante de drogas y uno de los delincuentes más más señalados de Holanda, asesinado por sus rivales. El Gobierno consideró que ella no había sido sincera al contar ese episodio de su vida, y Friso renunció a los derechos sucesorios para casarse. La polémica oscureció los detalles de la relación con Mohamed Sacirbey, también conflictiva.

Iniciada en 1993, Mabel estuvo presente en la firma de los acuerdos de Dayton dos años después. El problema es que el político bosnio, emigrado a Estados Unidos en 1967, acabó siendo acusado de malversación de fondos en Bosnia. Aunque representó a su país ante Naciones Unidas hasta el año 2000, se libró por los pelos de ser extraditado para responder del supuesto fraude. Una biografía llamativa para Sacirbey, pero poco adecuada para una futura princesa.

Residente en Londres, Mabel mantiene su puesto directivo en Global Elders, una organización independiente que colabora en la resolución de los problemas mundiales. En Londres se educan Eluana y Zaria, sus hijas con Friso de Orange. Y allí permanece ingresado el príncipe, en el hospital Wellington, especializado en rehabilitación neurológica.

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