Seat solo ha reparado el 15% de los coches del ‘dieselgate’
El presidente de la marca reconoce que únicamente el 30% de los vehículos afectados han sido llamados al taller
El dieselgate, el escándalo por los motores trucados del Grupo Volkswagen, es un fantasma que ha planeado sobre Volkswagen durante el Salón del Automóvil de París, que abrió este jueves las puertas para los periodistas. Luca de Meo, presidente de Seat, aseguró que en esta marca del grupo, los propietarios del 30% de los coches afectados ya han sido convocados al taller para reparar sus vehículos, pero solo un 15% ha acudido por el momento.
Se calcula que en España hay un total de 638.000 coches afectados por la modificación que altera a la baja la medida de las emisiones. 221.000 unidades son de Seat, de modelos Ibiza, Exeo, León, Ibiza y Altea. Dentro del grupo Volkswagen, el arreglo de los motores trucados de todos los vehículos solo se ha completado en un modelo, la camioneta Amarok. En el resto, las reparaciones se producen despacio.
De momento, los jueces han eximido a los concesionarios y las marcas de responsabilidad civil, pero el Ministerio de Industria ha abierto un expediente propio a Seat, ya que a esta marca española es Industria quien le otorga los certificados (el resto los reciben en Alemania). Luca de Meo no entró ayer en detalles sobre el avance del expediente, pero aseguró que la empresa está prestando la “máxima colaboración” con el Gobierno.
El consejero delegado del grupo, Matthias Müller, aseguró la noche del miércoles que el escándalo había significado un “punto de inflexión para la empresa” y que, sin duda, acelerará el desarrollo del coche eléctrico. Entre los planes de la compañía está crear al menos 30 modelos enchufables hasta 2025. Los coches eléctricos, la conducción autónoma y la inteligencia artificial serán los pilares de la firma.
Seat, que invitó a varios medios españoles al salón de París (entre ellos, EL PAÍS), ha presentado un modelo nuevo. Se trata del Ateca X-Perience, fabricado en la planta de Martorell. De Meo también anunció que a mediados del próximo año saldrá un todoterreno de menor tamaño, el Arona, y que está bautizado en honor a un pueblo de Tenerife. La marca vuelve así a su idea de nombrar los coches como poblaciones españolas.
El presidente de Seat también ubica en al menos 20 años la producción de coches eléctricos en la planta catalana. También ve en el dieselgate una razón para acelerar los procesos, pero la marca no se focalizará en ellos. Para el directivo la clave está en la conectividad del coche y en convertirse en el líder dentro del consorcio en ese campo. Tras dejar atrás años de números rojos, la empresa cuenta con los recursos. El año pasado ganó seis millones de euros. El año anterior perdió más de 60. Y también cuenta con Barcelona, el laboratorio que considera más apto para desarrollar adelantos smart. "Queremos fabricar un producto de hardware en un ecosistema digital", aseguró.
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