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Columna
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Una lectura valenciana

¿Tienen los resultados electorales una lectura específicamente valenciana, al margen del vendaval de la crisis? Sí, porque una vez más la Comunidad Valenciana se muestra como el territorio autonómico que mejor expresa la crisis general del PSOE. Aquí no solo el PP mejora sus resultados y los empeora el partido de los socialistas valencianos, sino que además estos profundizan aún más en el retroceso del PSOE en el conjunto de España. Una derrota que es tanto más clamorosa en cuanto que la Comunidad Valenciana es el territorio en que con más crudeza se habían manifestado los casos de corrupción del PP y es el territorio que, Financial Times dixit, "ilustra muchos de los peores síntomas de las dolencias económicas de España". A nivel autonómico, lo más singular de estas elecciones es que el PSPV-PSOE ha perdido votos como PSPV y como PSOE. Me explico, la derrota de los socialistas valencianos ha venido de todos los flancos posibles y ha hecho añicos su condición de partido transversal que tan buenos resultados le dio en la etapa de Joan Lerma. Del PSPV-PSOE se han ido votos a la abstención, al PP, a la izquierda tradicional, a la izquierda nacionalista, al nacionalismo valencianista sin más, al ecologismo y por si faltara poco, al neo-jacobinismo español que representa el partido de Rosa Díez. Algo que se vio prender con fuerza el 15-M, que se precipitó en las autonómicas de mayo y que ahora ha estallado con toda su crudeza.

El 15-M significó la catalización del fracaso de la socialdemocracia para enfrentarse a la crisis económica y al ataque de los mercados a un Estado del bienestar que es consustancial a su programa político. Por eso el congreso federal del PSOE de febrero debería ser, por encima de todo, un congreso de ideas, so pena de cerrar las heridas en falso, sin más objetivo que intentar taponar la hemorragia con vistas a las autonómicas andaluzas. Es difícil que en estos meses dé tiempo para ello. Desde luego pocas aportaciones cabe esperar desde el PSPV, que se limitará a celebrar un comité nacional (valenciano) que le permita salvar los muebles de cara a la supervivencia de Jorge Alarte y del actual aparato. Por lo que habrá que esperar a la catarsis federal para que, de producirse, su onda expansiva llegue al territorio valenciano y se pueda generar un movimiento de refundación.

El líder de izquierda socialista Manolo Mata ha sido el primero en pedir abiertamente esa refundación a través de un manifiesto publicado ayer en su blog al que invita a suscribirse a las personas progresistas para emprender la renovación del socialismo valenciano, al que le aguarda una larga travesía del desierto. Bien está que al día siguiente de la gran derrota alguien se atreva a hacer suyo el viejo proverbio chino de que el camino más largo comienza siempre por un primer paso.

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