Belfondo
Narrativa. Tiene sus riesgos presentarse al público con una primera novela que gira en torno a un espacio arcaico y simbólico, y las vidas y destinos que allí transcurren: Belfondo. Jenn Díaz (Barcelona, 1988) salva los posibles escollos seleccionando hábilmente los materiales que integran su novela (repleta de microrrelatos) y organizándolos de manera eficiente en breves capítulos centrados alrededor de un personaje emblemático o representativo en torno al cual gravitan otros que van ensanchando y ahondando el cuadro, sin olvidar que ese mundo peculiar y poliédrico se expresa a través de un lenguaje poderoso y repleto de sugerencias que aún se realza más a partir de una muy cuidada cadencia narrativa. Si califiqué este espacio de arcaico y simbólico es porque Belfondo, sin ser identificable a escala geográfica ni tampoco en una sola dimensión temporal, está cuajado de resonancias: encierra un mundo primitivo en su organización social y en las formas y relaciones que allí se han ido estableciendo y en los impulsos y sentimientos que las alentaron -la fe, la confianza, la libertad-; conserva aún los rasgos y las huellas de un momento fundacional, pero en ese espacio hermético y asfixiante como una pecera ha entrado el tiempo, y con él la acción, cuyos movimientos pueden acabar en comedia o en tragedia; es a la vez abstracto y concreto; está sometido a un orden que acabará violentándose hasta hacer posible el éxodo y la huida. La dimensión simbólica de algunos escenarios de Belfondo -escuela, taberna, fábrica- recubre asimismo a los personajes principales, típicos y representativos algunos -el cura, la prostituta, el amo, el poeta, la benjamina-, a la par que extravagantes y perturbadores, evolucionando de la sumisión a la transgresión.
Belfondo
Jenn Díaz
Principal de Los Libros. Barcelona, 2011
157 páginas. 17 euros
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