De arquitectos a tenderos
La crisis obliga a los técnicos a reciclarse. El 30% no visaron ningún proyecto en 2010
Minutos antes de subir la persiana, Xavi y Mariona pasean por los pasillos del supermercado mirando que en los estantes no falte de nada. Parece que lo hubieran hecho toda la vida, pero no es así. Hace tan solo un mes, proyectaban edificios. Pero a sus treinta y tantos y con un niño de 17 meses, han tenido que cambiar la mesa de dibujo por la caja registradora. Y es que los arquitectos es uno de los colectivos a los que más duro golpea la crisis. Y las alternativas son pocas: su elevado nivel de formación es un inconveniente para hallar otro tipo de trabajo. La última opción es montarse un negocio, de lo que sea.
Xavier Sans, de 39 años, y Mariona Verdaguer, de 35, se dedican a la arquitectura desde hace una década. Tienen despacho en Terrassa (Vallès Occidental), en el que habían llegado a ser ocho personas; su último proyecto, el nuevo parque de bomberos de Manresa. En 2007 empezaron a notar la crisis, pero la esquivaron porque el 80% de sus trabajos era para el sector público. Sin embargo, cuando la crisis alcanzó a la Administración, los concursos públicos se redujeron y se convirtieron en un caramelo. "Antes nos presentábamos 50 candidatos, pero con la crisis hemos llegado a 200", afirma Xavi. A ello se suma la morosidad de las Administraciones. "Tardan hasta seis meses en pagar, así que debes tirar de pólizas de crédito para las nóminas de tus trabajadores", se queja.
Cuando los proyectos que tenían en mano se pararon, empezaron a buscar alternativas. "Ir a trabajar a otro despacho no era una opción: todos están igual de mal", comentan. Así que decidieron montar un supermercado. Y ya cuentan con una plantilla de 20 personas, entre ellas personal de su antiguo despacho, como las administrativas y el aparejador.
Estos dos emprendedores están superando una situación que el decano del Colegio de Arquitectos de Cataluña, Lluís Xavier Comerón, califica de "muy grave", por la profundidad de la crisis y porque la recuperación no se vislumbra cerca. "Es la situación más difícil para los arquitectos desde la posguerra", asegura Comerón.
En caída libre
El colegio no dispone de cifras oficiales de la repercusión pero sí aporta que el 30% de los arquitectos colegiados -unos 10.000 en Cataluña-, no visaron ni un solo proyecto en 2010. Muchos despachos no pueden sobrevivir. Otro dato: la superficie visada, es decir, la que se prevé construir, ha caído el 85% desde 2006. O sea, ese año se visaron 30,5 millones de metros cuadrados, mientras que en 2010 la cifra bajó hasta los 4,5 millones de metros cuadrados.
El decano se muestra crítico con el papel de las Administraciones: "era un sector sobredimensionado, pero tenemos la sensación de que las Administraciones han dejado al sector en caída libre". Lo parece: si durante la burbuja inmobiliaria se visaron hasta 130.000 viviendas al año en Cataluña, en 2010 fueron unas 8.000.
Las salidas laborables se centran ahora en la rehabilitación y mantenimiento de edificios. Otra opción es irse a países asiáticos o de Sudamérica, donde el sector de la construcción mantiene una buena salud. Pero los arquitectos que buscan cualquier tipo trabajo no lo tienen fácil. "Estamos preparados para hacer de administrativos, pero no te cogen por temor a que te vayas pronto", añade.
Xavi y Mariona han hecho valer su experiencia de dirección de su despacho para gestionar el supermercado pero han debido enfrentarse a un mundo totalmente nuevo: desde configurar la balanza a cambiar el rollo de papel de la caja. "No es menos honorable tener una tienda que ser arquitecto", remachan. Y menos ahora.
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