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Diputados del PSOE critican que su grupo les haga parecer privilegiados

Los parlamentarios se quejan de las cesiones "a la demagogia y el populismo"

Anabel Díez

"Ante la demagogia y el populismo hemos respondido con más demagogia y más populismo. ¿Cómo hemos podido dejar que la sociedad crea que somos unos privilegiados?". En tono vehemente y dolido el diputado y presidente de la Comisión de Trabajo, Juan Barranco, cogió una bandera a la que otros muchos compañeros de escaño socialista también se unieron: la defensa de la actividad política y de la tarea de los parlamentarios. Así ocurrió ayer en la reunión del Grupo Parlamentario Socialista a propósito de la negociación entre los jefes de fila de los grupos para eliminar "los privilegios" de los parlamentarios. Además, de los detalles concretos de la posible reforma, los parlamentarios clamaron contra "la injusticia" que supone dejar correr la especie de que los parlamentarios tienen pensiones privilegiadas y, además, compatibilizan sus tareas con otras actividades altamente remuneradas. "Regúlese lo que haya que regular, con transparencia, pero no se iguale lo que no es igual", señaló Barranco. Tras él, vinieron José Vicente Muñoz Gómez, Jesús Cuadrado, Jesús Membrado, Mercedes Gallo, Manuel de la Rocha, Juan Antonio Barrio de Penagos y Javier Carro, entre otros.

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Pero todos reconocen que fue Barranco quien hizo el discurso central sobre el que los demás giraron, o hicieron aportaciones colaterales. "Ya nos dejamos arrastrar porque la derecha dijo que había que trabajar en julio y en enero y nos inventamos reuniones para justificarnos, cuando la mayoría de los diputados tenemos actividades en nuestra circunscripción en esos dos meses; y ahora caemos en lo mismo", insistió Barranco. Para más escarnio, además, "han acuñado la especie de que tenemos privilegios quienes están en mejor situación y tendrán la vida asegurada, por lo que quien pierde es el más débil". Los asistentes a la reunión traducen que Barranco hacía referencia al presidente del Congreso, José Bono, pero también a la diputada de UPyD, Rosa Díez, y al líder del PP, Mariano Rajoy, que se sumaron a esa demanda.

Antes de las intervenciones de los parlamentarios, el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, había explicado que el grupo será muy activo en la regulación de remuneraciones, incompatibilidades y derechos de los parlamentarios. Los asistentes aseguran que Alonso no esperaba que tantos diputados pidieran la palabra para quejarse del ataque de la derecha "a la dignidad de la política y de los políticos", como dijera Manuel de la Rocha. Por eso, en la intervención de todos ellos, se hizo un llamamiento a sus dirigentes para que actúen con justicia y, sobre todo, salgan al paso de la ola que les ha colocado ante la sociedad como perceptores de dádivas extraordinarias. "Nos hemos movido entre el acogotamiento y el desconocimiento, arrugándonos en vez de arreglar el limbo laboral en el que estamos los parlamentarios", señaló otro diputado, que prefiere que su nombre no figure. La propuesta de José Antonio Alonso, sometida ahora a debate, parte de que los parlamentarios tendrán que hacer públicos sus bienes, y también los de sus familiares más directos.

¿Qué ocurre con los que tienen separación de bienes?, se preguntó un parlamentario. Otros consideraron que el sistema es injusto para muchos porque el Parlamento no cotiza por el salario que el diputado o senador recibe sino por la categoría a la que perteneciera cuando ingresó en las Cámara. Es decir, si un diputado entró como profesor, su cotización es por esa actividad pasada y no por la actual. El Congreso, cuando un parlamentario llega a los 65 años y no tiene la pensión máxima, siempre que haya estado ocho años, le complementa hasta alcanzarla. En treinta años solo 81 de los más de 3.700 parlamentarios que han ocupado un escaño han tenido la necesidad de esa compensación. En los nuevos planes que impulsan las cúpulas de los grupos este "privilegio" desaparecería. En la dirección federal se reconoce que llegan a Ferraz, sede del PSOE, casos no tanto de reclamación como de denuncia de la injusticia. Esta misma semana han recibido una carta de un veterano diputado socialista que, con tono sarcástico pero también de gran pesar, da cuenta de su situación de desamparo económico tras dejar el escaño y encontrarse con su empresa cerrada. La propuesta del PSOE actual es la de que el diputado cobre dos mensualidades por año trabajado en el Parlamento, ya que ahora no hay derecho al desempleo.

La complicidad es absoluta entre los parlamentarios del PSOE y del PP, que se preguntan dónde les llevarán sus jefes e incluso envidian la actitud del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que ya ha proclamado que no va a entrar en ese juego de "quién llega más lejos en las restricciones".

Diputados del PSOE, ayer en el pleno del Congreso durante una votación.
Diputados del PSOE, ayer en el pleno del Congreso durante una votación.ULY MARTÍN

Carta al PSOE de un parlamentario muy 'privilegiado'

- "Efectivamente, fui privilegiado por representar durante cinco legislaturas a mis conciudadanos y a mi partido (PSOE); pero no privilegiado a la manera que lo dice la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino; o don Mariano Rajoy o el presidente de Castilla y León".

- "Al acabar mi actividad en el Parlamento en el año 2000, sin derecho a paro, me encontré literalmente en la calle por haber cerrado la empresa de la que tenía excedencia".

- "Tardé cinco años en encontrar trabajo, y por ser tan privilegiado como diputado, no tenía ningún subsidio de desempleo ni cotización". Con la crisis económica, de nuevo a la calle, tres años después por el cierre de la empresa".

- "Si hubiera ido al paro como cualquier otro trabajador, hubiera cotizado a la Seguridad Social los cinco años que no lo hice, gracias a los privilegios de diputados y senadores, y mi pensión no se vería mermada; pero sí, soy un privilegiado".

- "Ahora cobro una indemnización de 426 euros por parado mayor de 52 años de edad; este es mi privilegio".

- "Por no ser funcionario público, por no haber cobrado el paro en el año 2000 después de 34 años de cotización y sin indemnización después de 22 años de parlamentario, me encuentro en esta situación; pero sí, soy un auténtico privilegiado".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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