Bruselas investiga a Google por abuso de posición dominante
Varias webs denuncian la manipulación de las búsquedas porque les penaliza
La Comisión Europea anunció ayer la apertura de una investigación a la compañía estadounidense Google por una supuesta manipulación de los procedimientos de su sistema de búsqueda en Internet para dominar el mercado. El departamento de Competencia, que dirige el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, investiga si ciertas prácticas de la compañía, cuyo eslogan es "no hagas el mal", podrían constituir un abuso de posición dominante, violando las reglas del Tratado de la Unión.
Bruselas abrió una investigación preliminar el pasado febrero sobre este asunto ante las demandas de varios perjudicados, entre los que figuran la página web británica de comparación de precios Foundem y el buscador francés especializado en temas jurídicos Ejustice.fr. También expresó sus quejas el sitio Ciao, integrado en el buscador de Microsoft Bing, según desveló Google hace nueve meses.
La Comisión se interesa también por los contratos de publicidad
La firma dice que trabaja para los internautas y no para otras páginas
Estas empresas han denunciado que sus servicios resultan penalizados en los resultados de las búsquedas gratuitas y de pago de Google y que la compañía estadounidense favorece sistemáticamente sus propios servicios.
Almunia manifestó ayer que "quería ser muy claro", al afirmar que la apertura de la investigación "no significa que haya un problema definitivamente", y precisó: "Estamos muy lejos de decir esto". En estos casos, la Comisión siempre advierte de que la apertura de una investigación no implica que tenga pruebas de la existencia de alguna infracción.
Los técnicos de Competencia investigan la supuesta manipulación de los algoritmos (las reglas o instrucciones que ha establecido la compañía estadounidense) para que cuando un internauta realiza una búsqueda determinada aparezcan los resultados en el orden que le interesa a Google (en los primeros puestos de la lista o en la parte derecha de la página). Existe la sospecha de que el orden de aparición de los resultados en las búsquedas no obedece a una clasificación natural o en función de su importancia, sino que viene predeterminado favoreciendo a los que pagan publicidad al buscador y en detrimento de los resultados gratuitos.
La Comisión analizará si Goo-gle baja intencionadamente la clasificación de los resultados de búsqueda gratuitos (no pagados) de servicios competidores, como los comparadores de precios, a la vez que proporciona una posición preferente a sus propios servicios verticales con el objetivo de frenar a la competencia, explica el comunicado del Ejecutivo comunitario.
Además, la Comisión también investiga las obligaciones de exclusividad en los contratos de publicidad que impone Google con sus anunciantes. El análisis se centra en las cláusulas de estos contratos de publicidad que impiden a los anunciantes poner ciertos tipos de anuncios en líneas rivales.
Google no ha tardado en contestar oficialmente afirmando que: "Desde que se creó Google hemos trabajado concienzudamente para hacer lo mejor tanto para los usuarios como para la industria, garantizando que los anuncios estuvieran siempre claramente marcados, haciendo posible y fácil que los usuarios pudieran llevarse sus datos consigo cuando cambiaran de servicios e invirtiendo mucho en proyectos de código abierto". "Desde Goo-gle", añaden, "estamos abiertos a cualquier recomendación y por ello vamos a trabajar con la Comisión para abordar con ellos cualquier inquietud que tengan".
El buscador ha colgado en su blog sobre políticas públicas en Europa sus reflexiones sobre el inicio de la investigación de la Comisión asegurando que "nuestro objetivo es ser transparentes". Google argumenta que construye sus servicios para los internautas "cuya satisfacción para ellos es lo más importante", y no para las páginas web. Y precisa que "no todos los sitios pueden aparecer en la cima o incluso aparecer en la primera página de los resultados".
El Ejecutivo comunitario ha informado ya a Google de su decisión, así como a las autoridades de Competencia de los Estados miembros. No existe ningún plazo determinado para concluir la investigación, ya que depende de múltiples factores, como la complejidad de cada caso y la cooperación de las empresas afectadas con Bruselas.
La apertura de la investigación significa que se invita a todo el mundo que tenga algo que decir a ponerse en contacto con la Comisión para plantear sus posibles quejas. Google, por su parte, manifestó ayer su disposición a colaborar con la Comisión Europea.
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