Los idiomas de un arte universal
El Concurso Nacional de Arte Flamenco recibe participantes de nueve países
La primera vez que Junko Hagiwara escuchó la música flamenca fue viendo un espectáculo de gimnasia rítmica en Japón, su país natal. Una de las participantes había elegido los compases de una guitarra española para ensayar sus movimientos. A pesar de ser una cría, Junko quedó fascinada. "Para mí fue como un shock, todo un descubrimiento", recuerda Junko, que creció en Kawasaki, cerca de Tokio. Desde entonces, el flamenco se convirtió en una pasión de tal calibre que la terminó trayendo a España en 2002.
La historia de Junko es sólo un ejemplo de cómo se ha expandido el flamenco. Hoy mismo, en Nairobi (Kenia) el Comité Intergubernamental de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, reunido desde ayer y hasta el viernes, decidirá si finalmente el flamenco entra a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Su reconocimiento sería el sello definitivo de la internacionalización de un arte que hace ya mucho dejó de ser únicamente de los andaluces o los españoles.
Ramón López: "Hay mucha gente que siente el flamenco como algo propio"
La Chimi afirma que cualquier arte se puede "apreciar, disfrutar y sentir"
La querencia internacional por el flamenco se está viendo estos días en el Gran Teatro de Córdoba, donde se celebra el Concurso Nacional de Arte Flamenco, que cumple su decimonovena edición. Hasta el tablao del certamen han acudido 167 participantes, sobre todo españoles. Pero cada vez es más frecuente ver concursantes extranjeros. Este año acuden a Córdoba artistas de Estados Unidos, Japón, Cuba, Perú, Brasil, México, Colombia, Finlandia y Marruecos.
Entre ellas estaba la propia Junko Hagiwara, conocida sobre las tablas con el nombre artístico de La Yunko o su compatriota Yukari Iguchi. Y también la estadounidense Lakshmi Pekarek Basile, La Chimi, quien ha conseguido pasar a la final. La Chimi es, junto a Raúl Mannola en la sección de guitarra, uno de los dos extranjeros que han pasado a la fase final. Nacida en 1982 en San Diego (California), esta estadounidense nació y creció en un ambiente familiar de padres músicos y artistas, de hecho, acompañaba a la banda de música gitana de sus padres, The Electrocarpathians, e hizo su debú profesional con 16 años. Poco después, entró en contacto con el bailaor Antonio Vargas, que la acogió.
Cuando a La Chimi se le pregunta por qué un arte tan particular como el flamenco cautiva a personas de latitudes tan diferentes, no tarda ni un segundo en responder. "Porque es un arte. Y un arte, cualquiera, se puede apreciar, disfrutar y sentir. De la misma manera que podemos emocionarnos y admirar una obra de un pintor italiano", señala. Esta bailaora, al igual que La Yunko, confiesa que, sobre el tablao, siente cosas que no se pueden explicar.
"Este fenómenos no es nuevo en absoluto. El flamenco siempre ha tenido un tirón muy grande por parte de los extranjeros. Y no es sólo aquello del typical Spanish. Hay mucha gente que siente el flamenco como algo propio y que se acerca con mucho respeto y seriedad", explica Ramón López, director del Gran Teatro, que organiza el concurso.
La Yunko, mientras tanto, sigue acudiendo a clases de baile flamenco y ensayando asiduamente. Actúa esporádicamente, cuando la necesitan, en alguna peña o en algún tablao, pero todavía no está en ningún cuadro de manera permanente. "Puede que a algunos les pueda resultar todavía algo raro el ver a una oriental bailando flamenco, pero creo que soy yo la que pongo mis propias barreras mentales. Lo que quiero es superar las mías propias y seguir adelante".
El flamenco, pendiente de Nairobi
El mundo del flamenco está pendiente de Nairobi (Kenia), donde se celebra esta semana la reunión del Comité Intergubernamental de Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Está previsto que entre hoy y mañana este comité, formado por 24 miembros, se pronuncie sobre la posibilidad de que el flamenco entre a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, a la que optan 47 candidaturas de 31 estados.
El flamenco, que ya optó a este reconocimiento en 2005, es una de las cuatro candidaturas que presenta España ante el Comité de Patrimonio Inmaterial, además de los castellets catalanes, la sibila mallorquina y la dieta mediterránea, un proyecto en el que también participan Marruecos, Grecia e Italia.
Respecto a este asunto, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, aseguró ayer en Sevilla que el flamenco "ya es patrimonio de la humanidad se declare o no se declare por la Unesco", informa Europa Press. Gabilondo se mostró confiado en que el comité reconocerá con dicha calificación a este arte aunque insistió en que, si eso no ocurriese, "la humanidad ya siente el flamenco como un depósito de cultura, de creación, de expresión y de transmisión de una forma de concebir la realidad, y hasta como una forma de vivir".
El flamenco inició está última andadura en 2009, cuando la candidatura fue registrada en París en agosto de ese año. A comienzos de 2010, se puso en marcha la campaña Flamenco Soy para promocionar nacional e internacionalmente el proyecto. Además, la candidatura cuenta con el impulso del Gobierno de España y el consenso de Murcia y Extremadura, así como con gran apoyo institucional, de artistas y particulares. Más de 30.000 personas procedentes de 60 países han votado en Internet por el proyecto.
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