Acento chileno
Uno está acostumbrado a que los directores de los grandes bancos sean distintos antes o después de ocupar la poltrona desde la que vislumbran el trasiego del dinero de su país. Hay excepciones, claro. Una es el codirector del Banco de la República de Colombia, Carlos Gustavo Cano.
Antes de dedicarse a las finanzas de su país, Carlos Gustavo Cano, de Medellín como Héctor Abad, como Fernando Vallejo o como Darío Jaramillo Agudelo, se dedicó a aclarar las maltrechas finanzas de un periódico, El Espectador, al que salvó de la quiebra, lo puso en venta y ahora lo contempla sólo como un simple lector, desde los pasillos del poder desde el que controla la complicada maquinaria del dinero.
DON DE GENTES
Él dice que no entendía nada de periódicos cuando le pusieron El Espectador en sus manos, así que se apoyó en periodistas de verdad (entre ellos, nuestro Miguel Ángel Bastenier) para tratar de entender esta maraña. Le pregunté si es más complicado esto del dinero, y me dijo: "Depende". Claro, es de Medellín, donde cada cosa puede ser también la contraria. Depende.
Carlos Gustavo Cano dice que Héctor Abad es el Camus de Colombia, y habla de literatura como si se la hubiera leído toda. Cuando le sacas de la literatura y lo devuelves a la poltrona del banco más importante de su país dice cosas sorprendentes, acaso porque aprendió que ante los periodistas es mejor no callar. Dice, por ejemplo, que en este país, el suyo, está pasando algo que puede ser grave un día: se está produciendo un desempleo que puede llenar las calles, otra vez, de la violencia de los hurtos y de los asaltos para obtener dinero veloz. Y ante circunstancias así los países no pueden permanecer impasibles. Tienen que hacer algo.
Qué, por ejemplo, le pregunté. Y él me dijo: "Dejar de tenerle miedo a la inflación. Buscar la manera de dar empleo a todos aquellos jóvenes que si no van a salir a la calle a delinquir".
¿Está su país preparado, cohesionado, para perder ese temor? Los países, me dijo Cano, no están cohesionados del todo jamás, sobre todo si les rascas los bolsillos. El país más cohesionado de América, afirmó, es Chile. "¡Tan cohesionado que allí solo tienen un acento, al contrario que Colombia, que tiene tantos acentos como regiones!".
Alguien le dijo: "Pues a veces a los chilenos no se les entiende". "Sí, pero no se les entiende en el mismo acento todo el rato".
Luego Cano se fue a quitarse la corbata y a comer una arepa, que es lo que estaba deseando el codirector del Banco de la República de Colombia.
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