Las armas del coleccionista
El Museo Marès exhibirá 269 piezas del museo militar de Montjuïc
Fueron las últimas armas que salieron del castillo de Montjuïc, en Barcelona, tras el cierre del museo militar en mayo de 2009. Pero serán las primeras que volverán a exhibirse en las vitrinas de un museo. Las 269 armas antiguas donadas por el escultor y coleccionista Frederic Marès a la ciudad de Barcelona en 1962 se expondrán en su museo en el barrio Gòtic cuando el centro reabra sus puertas en abril de 2011 tras la reforma en curso. Entre las piezas se hallan ballestas alemanas del siglo XVI; espadas toledanas del Siglo de Oro; sables de abordaje; pistolas de bolsillo, de arzón, de munición y de cinto fabricadas en Ripoll entre los siglos XVII y XIX; labradas polvoreras que recuerdan estuches de preciados tesoros; y diferentes tipos de cascos.
"Es la colección de armas antiguas más importante que se exponía en el castillo Montjuïc", dice orgullosa Pilar Vélez, directora del Museo Marès mientras sortea las estructuras de acero que refuerzan los techos del palacio gótico. "Son piezas que van del siglo XVI al XIX valoradas, sobre todo, por la calidad artística de sus acabados", asegura. La colección que regaló Marès para que se expusiera en Montjuïc está siendo restaurada por los especialistas del centro y se expondrá en el primer piso, "en las vitrinas donde hasta ahora se exhibían figuras de pesebre". Según Vélez, "las armas contribuirán a enriquecer los fondos del museo y son un ejemplo del coleccionismo europeo de los siglos XIX y XX". La reordenación del museo juntará en la misma sala dedicada a las armas todos los objetos relacionados con la Virgen de Montserrat que gustaban tanto a Marès. Y también los muebles antiguos que el coleccionista reunió y usó en su hogar, en el piso superior, hasta su muerte en 1991.
La reforma del Museo Marès, dirigida por los arquitectos Fernando Marza y Santiago Vives, (4,5 millones) ha obligado a cerrar año y medio el centro y a trasladar las miles de obras que se exponían a los sótanos. Allí, envueltas en plásticos, esperan ocupar su lugar en las plantas nobles del edificio que formó parte del Palau Reial Major.
Barcelona y lo militar
Cuando el Museo Marès reabra en primavera y exponga las 269 armas exhibidas en Montjuïc, se romperá una tendencia en Barcelona a eliminar las referencias militares en sus museos. En 1888, José Estruch abrió el Museo Armería Estruch en la plaza de Catalunya. Las 1.300 piezas, entre armaduras, pendones, armas blancas y de fuego, acabaron en el Musée de l'Armée de París, donde se exponen desde que el museo cerró en 1903. Entonces, el municipio no mostró interés por las piezas. Entre 1917 y 1940 estuvo abierto un museo dedicado a la I Guerra Mundial bajo el Gran Mirador del Tibidabo. Trincheras, planos y munición auténtica encantaban a los visitantes que subían a la montaña burguesa de Barcelona. Finalmente, en mayo de 2009 cerró sus puertas el museo militar abierto en Montjuïc desde 1963. Lo reconvertirán en un centro para la paz.
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