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Reportaje:37ª jornada de Liga

Tres pequeños muy grandes

Guardiola alineó a ocho jugadores de la cantera y decidieron Messi, Bojan, en su mejor momento, y Pedro, tres símbolos azulgrana

El Barcelona volvió al estadio Ramón Sánchez Pizjuán, y en el vestuario donde Pep Guardiola constató el 13 de enero que manejaba un equipo campeón cuando vio llorar a Messi desconsoladamente por la eliminación de la Copa del Rey, el técnico pidió a sus muchachos que hicieran algo tan fácil para ellos como ganar un partido. No en vano llevan, con la de ayer, 57 victorias en Liga desde que el entrenador catalán se sentó en el banquillo. Muchas son y no debe de ser fácil. No lo fue tampoco ayer, pero nadie dijo que iba a ser fácil ganar un título que el Barça dejó ayer casi visto para sentencia gracias a los goles de un extraño triplete atacante, menudo como ninguno en esta Liga, letal como pocos. No fueron casuales los abrazos del equipo al final del partido: Guardiola se llevó a toda su troupe a Sevilla, incluso a Iniesta y Thiago, precisamente para eso, para que si subían el último peldaño, se pudieran dar un abrazo que huele a campeón.

Entre los tres delanteros del Barça suman 51 tantos en Liga

A Guardiola le hicieron caso otra vez sus chicos -ocho titulares salidos de la cantera-, y marcaron a los cuatro minutos, justo lo que necesitó el equipo para tocar cinco veces consecutivas la pelota, y que Messi pisara el área de Palop. Entonces, el argentino soltó un zurdazo y celebró su gol número 32 en la Liga desde que comenzó el curso. La Pulga se sacó la espina de aquella derrota copera y decidió que el cuento había terminado. Se trataba de vencer para ganar el título y no tuvo paciencia al demostrar que la única voluntad que le mueve es la de hacer grade la idea de este Barça. O sea: Messi salió, jugó y el Barcelona está a un partido de ganar la Liga. En Sevilla, donde hace 24 años el Barcelona acudió para levantar su primera Copa de Europa y acabó por ganarla el Steaua de Bucarest, el Barça ganó tres puntos que le llevan directo a su segundo título consecutivo. El zurdazo de Messi pareció acabar con el miedo del barcelonismo. Así, detrás de Messi llegó Bojan, que enchufa todo lo que toca. Tres partidos consecutivos, tres goles que ha firmado el pequeño delantero de Linyola, que atraviesa un momento tan dulce como una golosina. Bojan además, destrozó a Konko en una jugada por banda que le costó la segunda tarjeta amarilla al africano. Si no marcó más fue porque falló lo imposible después de que Pedro firmara el tercer gol. Falló tanto el Barcelona que la victoria de ayer resumió todos y cada uno de los sufrimientos que el equipo ha tenido que asumir para ser el máximo candidato a ganar el título. Ni con una goleada se pudo permitir un respiro porque de forma sorprendente los futbolistas se desconectaron del partido, tomaron dos goles y cargaron con multitud de tarjetas, como las de Xavi y Maxwell, que les impedirán jugar contra el Valladolid.

"Huele a fútbol", comentaba ayer un veterano seguidor del Sevilla camino del Sánchez Pizjuán. Y la verdad es que el partido hizo honor a tal intuición. Por Nervión pasó ayer un equipo convencido de que es posible honrar una manera determinada de jugar al fútbol llenando de copas las vitrinas, aunque para eso no le alcance con jugar bien. Ya lo dijo Guardiola: "Jugar y hacer lo de costumbre". Le escucharon. Ganó el Barcelona sin que nadie le regalara nada, y lo hizo con una delantera tan corta en centímetros como grande en goles: van 51 en la Liga. Los abrazos al final del partido entre los futbolistas azulgrana y el elenco de colaboradores de Guardiola bien lo parecieron. Volvió el Barça a Sevilla después de la Copa y volvió a ganar para aspirar a la Liga.

Pedrito se disputa el balón con Capel.
Pedrito se disputa el balón con Capel.AFP

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