"Seré muy agresivo"

Hacía calor en Bahrein. La temperatura no era asfixiante pero tampoco invitaba a pasear. Sin embargo, el paddock del circuito de Sakhir era un bullicio. Todo el mundo se saludaba, había muchos reencuentros a la sombra de las pocas palmeras que adornan la avenida principal. Se notaban ganas de que todo empezara de una vez. Los entrenamientos de invierno desvelaron algunos secretos, pero las mayores incógnitas aún persisten. Se sabe que hay cuatro equipos que van por delante de los demás. Pero se desconoce si Red Bull estará un punto más arriba que Ferrari, si McLaren sacará provecho del alerón trasero que ayer estudiaron los comisarios de la FIA o si Mercedes presentará otra vez un difusor revolucionario para esta carrera.

"Me encanta Fernando. Es del mismo planeta que yo", dijo Felipe Massa

Ayer, no obstante, la mayoría de pilotos se mostraron relajados. Y Fernando Alonso, que afronta su primera carrera con Ferrari, no fue una excepción. En la conferencia de prensa oficial Michael Schumacher, Felipe Massa, Jenson Button, Lewis Hamilton y el asturiano dijeron poco, pero se rieron mucho. Hubo bromas, apretones de manos, golpes en la espalda. Y un sentimiento general: que este campeonato rompe algún tipo de barrera y marca el inicio de algo nuevo porque por primera vez en muchos años lo corren cuatro campeones, porque Alonso y Ferrari hacen un binomio explosivo, porque Michael Schumacher ha regresado y porque no se sabe cómo será la convivencia entre Jenson Button y Lewis Hamilton en McLaren.

"Sí", confesó Alonso; "da la sensación de que empieza algo nuevo, con cuatro escuderías capaces de ganar, con varios pilotos luchando por el título, con cambios reglamentarios. Pero después todo eso deberá confirmarse en las carreras". El asturiano está tranquilo. Está sintiendo ya el orgullo de vestir de rojo, de embutirse en el mono de Ferrari, de formar parte de algo que le sobrepasa. "Atenciones las hemos tenido en todas partes, pero aquí lo que más se nota es una cercanía que no hay en otros equipos", confiesa el propio Alonso. Ayer mismo, dos personas se sentaron en la mesa de Luis García Abad, representante de Alonso, para cuadrar el plan de traslados previsto para la tarde. "En otros equipos, eso mismo tal vez hubiera llegado por mensaje", comentó.

El miércoles por la tarde, Alonso dio cuatro vueltas en bicicleta al remodelado circuito de Sakhir y descubrió que no habrá más zonas de adelantamiento. El jueves se le vio en el paddock hablando con todo el mundo. Estuvo en el taller con Emilio Botín, que les ofreció a los dos pilotos de la Scuderia el trofeo de la llama del Santander y un libro rojo con miles de apoyos de gente de todo el mundo. Departió con otros pilotos, especialmente con su amigo Robert Kubica, ahora en Renault, haciendo bromas con los periodistas, los mecánicos y los ingenieros de Ferrari. Y con Felipe Massa, que volvía a mostrarle las fotografías de su hijo a través de la pantalla del teléfono móvil. "Me encanta trabajar con Fernando porque es del mismo planeta que yo", comentó ayer el piloto brasileño a sus amigos.

La tranquilidad, sin embargo, se acabará hoy cuando los motores comiencen a rugir. Pero Fernando Alonso asegura que, aunque se acerque el gran momento, no siente más presión que otras veces. "Siempre la he tenido. Incluso cuando estaba en otros equipos, la gente esperaba que ganara carreras, que estuviera en la Q3 o que, al menos, hiciera podios", reflexiona. "Ahora, hay muchas expectativas puestas en mí y en Ferrari. Pero yo también lo siento así. Lo que espero de esta primera carrera es ser muy agresivo y correr sin cometer errores. Estoy preparado al ciento por ciento para hacer todas las vueltas como si fueran de calificación. Quiero hacer una buena carrera inicial y conseguir los máximos puntos posibles para enfocar bien el Mundial, porque en noviembre quiero ser el campeón".