La policía destapa un vasto mercado negro de ansiolíticos
Vender ansiolíticos de forma ilegal resulta casi tan provechoso como dedicarse al tráfico de drogas. A tres euros la pastilla, los beneficios pueden ser desorbitados. Sobre todo, si se manejan grandes cantidades de tranquilizantes. Es el caso de dos hombres de nacionalidad paquistaní que han sido detenidos en Barcelona por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) con 128.500 pastillas de diazepam.
Los arrestados, de 24 y 39 años, tenían previsto colocar las pastillas en España y en países de la Unión Europea a través de una red de distribución. La operación policial ha permitido, pues, destapar un vasto mercado subterráneo de este tipo de fármacos, que sólo se venden con receta y que cada vez son utilizados por sectores más amplios de población. Esa demanda pujante hace que las recetas sean restrictivas -son medicamentos fuertes- lo que fomenta la venta irregular, según fuentes policiales.
Los agentes llevaban cuatro meses investigando a los dos detenidos. El pasado lunes, entraron en acción. Observaron que los dos hombres salían de casa con bolsas grandes y maletas y se dirigían, en un BMW, a la estación de Sants. Los policías registraron el vehículo y dieron en la diana: hallaron casi 130.000 pastillas (12 kilos) distribuidas en 75 bolsas.
Cada pastilla pesa 0,10 gramos. Los análisis toxicológicos han permitido comprobar que se trata de diazepam, aunque la policía investiga si hay otros compuestos. Se sospecha que la mercancía, que fue etiquetada con el logotipo de la marca Laboratorios Roche, fue transportada en un barco de carga al puerto de Barcelona desde Pakistán.
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