"Trato de hacer una pintura universal y el hierro lo es"

El pintor Roberto Zalbidea ha inaugurado con su muestra Catedrales de Hierro III el espacio para exposiciones de la Fundación de la Siderurgia Integral de Barakaldo. Sus obras, que se exponen hasta el próximo 26 de mayo, están inspiradas por la actividad ligada al hierro, que el creador desarrolló en los astilleros y las caldererías de Bilbao entre los 17 y los 27 años. Zalbidea combina sus vivencias de entonces en aquella dura actividad fabril con sus 35 años de trayectoria artística, lo que le ha permitido, asegura, "pintar el espíritu del hierro".

Pregunta. La muestra se titula Catedrales de Hierro III, pero los seis cuadros que la integran aluden al trabajo de ensamblaje en los astilleros. ¿Por qué eligió ese nombre?

"Lo local y lo universal son una constante en mi obra"

Respuesta. Los barcos por fuera tienen que ser limpios para cortar el agua, pero por dentro están llenos de contrafuertes y amasijos que se asemejan al interior de una catedral. Son catedrales que se yerguen sobre el agua y que me sirven para hablar de mi fe en la tecnología.

P. ¿Qué elementos comunes tienen los cuadros de las tres series que componen Catedrales de Hierro?

R. Este ciclo surge de mi experiencia como trabajador en Astilleros Euskalduna. Cuento algo que he vivido y que he sentido: la fundición del hierro. Empecé a pintarlo en 1998, jugando con las formas de las planchas de metal y con la abstracción que crea el óxido. En esta última etapa, que data de 2007, aparecen chapas laminadas al rojo vivo que representan la última generación de la industria del hierro: las nuevas aleaciones y el acero corten.

P. ¿Por qué el hierro? ¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir?

R. Trato de hacer una pintura universal y el hierro lo es. Ha acompañado al hombre desde la antigüedad y es común a todas las grandes civilizaciones. Si quisiera pintar algo exclusivamente local pintaría caseríos. Tampoco me interesa la representación fotográfica de la realidad, sino hacer poesía a partir de la realidad.

P. Sin embargo, su pintura también tiene una evidente dimensión local.

R. El hierro es universal y tiene al mismo tiempo una vinculación muy fuerte con esta tierra, con las minas de Triano y de La Arboleda. Hay una conexión entre Vizcaya, la Ría y el hierro que es algo que me interesaba mostrar. Lo local y lo universal son una constante en mi obra. Se ve también en La Leyenda de Kixmi, el mural que pinté en los arcos de la Ribera, en las Siete Calles de Bilbao. Es la leyenda local que cuenta la conversión de los vascos al cristianismo, pero toca un tema universal, que es la sustitución de unas creencias por otras.

P. ¿Ésta es la primera serie que dedica al hierro y a la metalurgia?

R. No. De 1995 a 1999 pinté varias series de lo que llamo mi ciclo férrico. Ahí aparecen los trabajos de laminación y de fundición del hierro, la Torre Eiffel, el Puente Colgante. Y sigo pintando Catedrales de Hierro. La cuarta serie se expondrá el año que viene en París.

P. Es difícil dejar de ver un diálogo entre su obra y el lugar donde se expone, la Fundación de la Siderurgia...

R. Realmente es un sitio idílico para estos trabajos, por lo que decía de la relación entre esta tierra, la Ría y el hierro. El nombre del sitio ya lo dice todo. Para mí es un honor exponer aquí y hacerlo al lado del escultor Jesús Gallo Bidegáin, que ha realizado una obra para esta fundación.