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Pedro Echenique: "Cada dos años se duplica el conocimiento tecnológico"

El físico, premio Príncipe de Asturias 1998, impartió ayer una charla en Santiago

La conferencia Lo útil de conocer. El gran reto de lo pequeño forma parte del trabajo de difusión científica que lleva a cabo Pedro Echenique (Navarra, 1950), catedrático de Física de Materia Condensada en la Universidad del País Vasco y Premio Príncipe de Asturias en 1998. "Los científicos tenemos la obligación de decir lo que hacemos y cómo lo hacemos", opina Echenique, "si la sociedad no entiende lo que hacemos, no podremos conseguir su apoyo". Un apoyo que se traduce en más financiación para un ámbito que, recuerda el físico, ha hecho la vida "más larga y más agradable".

El prestigioso científico vasco llegó ayer a Santiago para pronunciar una charla en el Colegio de Fonseca en la que defiende la física como la gran revolución del siglo XX. Actualmente dirige el Donostia International Physics Center, mientras que en los años 80 compaginó su labor científica con la política, cuando ocupó el puesto de consejero de Educación del País Vasco.

"Cada dos años se duplica el conocimiento tecnológico", explica el físico, "así que los estudiantes de hoy trabajarán con tecnología que aún no existe y se enfrentarán a problemas que no conocemos". Aunque no es muy amigo de hacer predicciones de futuro, Echenique piensa que las aplicaciones de la nanotecnología podrían llegar a desarrollar iniciativas interesantes, como conseguir fundir un tumor localizado.

El premio Príncipe de Asturias defiende la libertad en la investigación, pero entiende que debe llevarse a cabo "con inmensa cautela" para no hacer un mal uso de ella. "En ciencia no todo lo que es posible es deseable", advierte Echenique, que reivindica que sea la propia sociedad la que ponga límites a las aplicaciones que pueda traer la ciencia en el futuro. "Me da tanto miedo el que no pone límites como que el que trata de imponer los suyos", dice el físico.

Fuga de cerebros

"En Galicia hay grandes grupos de investigación", asegura. Para el físico, es imprescindible que esa investigación sea "rentable, personal e institucionalmente", para lograr atraer a los grandes científicos que despuntan y evitar la tan comentada fuga de cerebros. "Galicia tiene que crear las condiciones para traer talento", piensa, algo a lo que en su opinión deben aspirar todas las universidades españolas.

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Sin embargo, matiza que el problema no es que los estudiantes vayan a formarse al extranjero, sino que cuando deciden libremente trabajar en un lugar, no puedan hacerlo "porque no tienen las condiciones necesarias". Pedro Echenique está de acuerdo en que las patentes deben ser uno de los fines hacia los que se oriente la investigación universitaria. Sin embargo, no todo tiene por qué tener un sentido práctico y por eso defiende la investigación como mero proceso cognitivo. En ocasiones, asegura, los descubrimientos "surgen de la curiosidad" de los científicos.

Y lo ilustra, a modo de despedida, con la anécdota de un cirujano que pasea por el río, ve una persona ahogándose en el agua y corre a salvarla. Al cabo de un rato, vuelve a ver otra persona que cae al río y acude en su ayuda. Agotado, ve esta vez a un grupo de gente en el río. Dispuesto a lanzarse de nuevo, se percata de que a su lado un bioquímico mira la escena sin intervenir. El cirujano, exasperado, le recrimina su actitud, a lo que el bioquímico responde: "Estoy intentando saber quién está echando al agua a esta gente".

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