El premio gordo de la lotería
"Recuerda que estás muriéndote, pero estás ilusionada; que estás afónica pero se te entiende bien y, además, tienes frío". Estas indicaciones de Javier Fesser a Nerea Camacho encontraban siempre la interpretación perfecta, emocionada, llena de matices. Fesser no entiende ahora la osadía a la que se enfrentó cuando escribió la historia de Camino sin tener una protagonista. "¿Cómo lo pude hacer sin conocer a Nerea? No me explico", reflexiona el realizador.
Nerea Camacho es una niña de 11 años, vecina de un pueblo de Almería, que tiene claro desde hace mucho que quiere ser actriz. Se apuntó en una agencia y así fue como llegó a conocer a Fesser. No fue fácil. El realizador y su equipo peinaron colegios, conservatorios y agencias de España entera. Hasta que se toparon con Nerea. "Soy un absoluto privilegiado y afortunado. Nerea me ha sorprendido hasta el último día. Ha sido capaz de enriquecer el papel en cada escena. Es como el premio gordo de la lotería".
Nerea Camacho, que se estrena en el cine con Camino, ha tenido enfrente a dos grandes de la interpretación, Carmen Elías y Mariano Venancio, y con ellos han hecho crecer la película, asegura el director. "Nerea ha conseguido modificar el comportamiento de los actores, poco acostumbrados a trabajar con una niña tan profesional. Se han enfrentado a una máquina de interpretar que es Nerea".
Por ello, a Fesser se le enciende la mirada cuando habla de esta niña que ha sabido interpretar "esta historia llena de vida y también, de rebote, una demoledora lucha contra la tristeza".
