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GALARDONES | Astrofísica, nanociencia y neurociencias

Los primeros Premios Kavli, para grandes avances del saber

Siete nombres destacados de la ciencia moderna compartirán los dos casi millones de euros, uno por categoría, con los que la Academia de las Ciencias y Letras y el Ministerio de Ciencia e Investigación noruego, en colaboración con la fundación Kavli, pretenden hacer la competencia a los Nobel de sus vecinos suecos. En su primera edición, los galardones Kavli han premiado la investigación que ha permitido una mayor comprensión de las inusuales propiedades de la materia a escala ultra pequeña, los circuitos básicos del cerebro humano y la naturaleza de los inmensos cuásares. O lo que es lo mismo, a los artífices de que esto haya sido posible: Marteen Schmidt, del Instituto de Tecnología de California (EE UU), y Donald Lynden-Bell, de la Universidad de Cambridge (Reino unido), en la categoría de astrofísica; Pasko Rakic, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale (EE UU); Thomas Jessell, de la Universidad de Columbia (EE UU), y Sten Grillner, del Instituto Karolinska en Suecia, comparten el premio de neurociencia; y Louis E. Brus, de la Universidad de Columbia, y Sumio Iijima, de la Universidad de Meijo (Japón), el de nanotecnología.

Ellos son los primeros nombres en la lista de honores de una iniciativa que pretende "complementar" a los Nobel y premiar, cada dos años, a las aportaciones más valiosas de las ciencias que están cambiando la percepción del mundo.

"Con estos galardones esperamos dar apoyo, honor y reconocimiento a los científicos que no sólo se han interrogado sobre las grandes cuestiones del universo, sino que su trabajo ha supuesto un profundo avance del conocimiento", afirma Fred Kavli, que da nombre a la fundación y a los premios.

Schmidt encontró la llave que lleva al espacio más lejano, al identificar 3C273 como un objeto enormemente alejado de nosotros y sin embargo extremadamente luminoso, un cuásar. Y Donald Lynden-Bell despejó otras dudas al demostrar que los cuásares están en el centro de galaxias con un gran agujero negro.

En la escala de lo pequeño, las aplicaciones de los nanocristales coloidales semiconductores descubiertos por Louis E. Brus, o los nanotubos, cilindros de carbón ultraligeros y resistentes de Sumio Iijima, se multiplican cada día y mejoran la administración de fármacos.

A la revolución que vive la neurociencia contribuyó Pasko Rakic, quien descifró cómo las neuronas del cerebro embrionario se distribuyen en el complejo e interconectado circuito del cerebro adulto. Thomas Jessell y Sten Grillner definieron los mecanismos moleculares y celulares básicos que controlan el desarrollo funcional de la espina dorsal.

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