La Ciudad de la Justicia, bajo el síndrome del edificio enfermo
La Ciudad de la Justicia de Málaga, el mayor inmueble administrativo de Andalucía, inaugurado en diciembre de 2007, puede sufrir el llamado síndrome del edificio enfermo (SEE), aunque son sus ocupantes, unas 1.500 personas, los que sufren los síntomas en forma de irritación ocular, sequedad de las vías respiratorias, dolores de cabeza o sensación de ahogo, entre otros. Ésta es la principal conclusión de un informe de 12 páginas realizado por el Centro de Prevención de Riesgos Laborales, de la Consejería de Empleo de la Junta, después de que los trabajadores se quejaran de mal olorpersistente en las instalaciones.
El diagnóstico de síndrome del edificio enfermo es sólo una "primera aproximación" que todavía deberá ser confirmada con pruebas tras descartarse que las molestias sufridas por los funcionarios estuvieran producidas por "ningún foco de contaminación tanto química como biológica".
Numerosos funcionarios de la Ciudad de la Justicia de Málaga, un inmueble de 65.458 metros cuadrados, se han quejado de molestias leves como dolores de cabeza, sequedad de boca y garganta o mareos que aumentan con el transcurso de la jornada laboral y que desaparecen al poco tiempo de abandonar la sede judicial. Desde que el 3 de enero un olor nauseabundo procedente de las salas de autopsias del Instituto de Medicina Legal, ubicadas en el mismo edificio, obligara a desalojar los juzgados de guardia, los problemas con el aire viciado se han sucedido en la Ciudad de la Justicia. En otra ocasión se filtraron emanaciones de los desagües. Durante el resto de los días un "olor desconocido" ha provocado molestias a los trabajadores, y dos personas tuvieron que ser evacuadas al hospital.
Tras las protestas de los trabajadores la Consejería de Justicia encargó un informe técnico al arquitecto del edificio, José Seguí, que achacó los olores a "problemas de adaptación a un edificio complejo". Otros dos informes minimizaron la polución en el interior del inmueble.
Molestias
Sin embargo, las molestias persisten, por lo que el Centro de Prevención de Riesgos Laborales apunta provisionalmente que los trabajadores sufren los trastornos propios del síndrome del edificio enfermo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que este síndrome, que se diagnostica a menudo por exclusión, se produce en inmuebles herméticos "cuyo ambiente interior es provocado", es decir, que cuentan con sistemas de aire acondicionado y ventilación artificial. Además, según la OMS, el síndrome es frecuente en edificios que "practican el ahorro energético" y cuyas superficies interiores están en gran parte recubiertas de material textil o sintético.
El informe recomienda identificar todas las tomas de aire del edificio para garantizar que el aire viciado que se expulsa vuelva a entrar por los sistemas de ventilación y realizar mediciones de dióxido de carbono en el aire interior. Además, sugiere hacer un muestreo de la concentración de Formaldehido, un contaminante muy común en tableros de aglomerado y madera, un material muy frecuente en la Ciudad de la Justicia. Mientras tanto, el inspector aconseja "aumentar el porcentaje de aire limpio introducido en los sistemas de ventilación".
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