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Interceptado con 1.300 kilos de hachís un avión que fue vendido por Scotland Yard

Una avioneta cargada con 1.300 kilos de hachís fue interceptada en un campo del término municipal de Madridejos (Toledo), cerca de Consuegra, cuando regresaba de recoger la mercancía en Marruecos, según informaron fuentes policiales. El aparato, que había sido puesto a la venta por la policía británica, por Scotland Yard, había sido adquirido hace unos meses por un grupo de narcotraficantes para emplearlo en el transporte de droga.

El Grupo Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) de la Costa del Sol, en unión de la Brigada Central de Estupefacientes seguía la pista a una banda de la que sabía que introducía cargamentos de hachís en España. El aparato despegó de Albacete en la madrugada del sábado pasado y regresó sobre las 10 de la mañana, tras haber hecho escala en Marruecos. Al regresar al espacio aéreo español, la avioneta fue perseguida por un helicóptero del Cuerpo Nacional, otro de la Guardia Civil y tercero de Vigilancia Aduanera hasta que aterrizó en un campo de Madridejos.

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Un único tripulante

El piloto de la aeronave, al verse cercado, intentó levantar el vuelo y estuvo a punto de atropellar y herir con las hélices a un inspector de policía del GRECO-Costa del Sol. El único tripulante del aparato era un joven de unos 25 años, que fue detenido, igual que varios individuos que esperaban en la zona del aterrizaje con el tres vehículos para cargar la mercancía. En la operación han sido arrestados ocho individuos de nacionalidad española. Algunos de ellos fueron capturados tras ser perseguidos mediante perros adiestrados de la Guardia Civil, cuya Comandancia de Málaga también había sido alertada para que colaborase en la redada.

La avioneta, que quedó embarrancada en mitad del campo conocido como la Huerta del Zorra, conserva la matrícula británica original que tenía cuando pertenecía a la policía de ese país. Actualmente era propiedad de una empresa fantasma, que probablemente no es más que una tapadera de las sus verdaderas actividades. El uso de este tipo de aparatos, según fuentes policiales, es cada vez más frecuente entre las redes de narcotráfico que introducen hachís y cocaína desde Marruecos, Guinea-Bissau y otros países africanos.

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