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ELECCIONES 2008 | La campaña andaluza

Una campaña de tres contra uno

La oposición critica más la larga hegemonía socialista que la gestión de Manuel Chaves, en el poder durante 18 años

Lourdes Lucio

Confianza y experiencia o cambio y alternancia. Ése es el mensaje electoral que los cuatro partidos andaluces han puesto en suerte en las séptimas elecciones autonómicas y que siempre ha ganado, desde 1982, el PSOE. Todas las encuestas publicadas coinciden en que el PSOE consigue la mayoría absoluta, aunque la más pesimista lo sitúa al borde los 55 de escaños de los 109 del Parlamento. El tiempo en el poder se ha convertido en la munición principal de la oposición contra Manuel Chaves, más que la propia gestión del Gobierno socialista en los últimos cuatro años, más incluso que la de presentar una alternativa clara.

PP y PSOE arrollan a los minoritarios y peligra el escaño de sus números uno

El punto más débil de la campaña socialista es la larga permanencia en el poder de Chaves, de 62 años, que si gana cumplirá 22 años como presidente de la Junta, dos menos que Juan Carlos Rodríguez Ibarra en Extremadura y a uno de distancia de Jordi Pujol en Cataluña. Lejos de achantarse por esta crítica, la ha convertido en su mejor arma. "Tengo más ideas, más fuerzas y más experiencia que nunca", dice y añade: "Andalucía no está para experimentos con gaseosa".

Cuando Arenas, 50 años, le acusa de ser el presidente más antiguo de España, y afirma en sus mítines que "no hay que temer miedo al cambio" o que "los andaluces tienen derecho a conocer otra forma de gobierno", el socialista le replica: "¿Cómo puede representar el cambio un señor que lleva 25 años perdiendo elección tras elección?".

¿Qué es lo que hace bien el PSOE y mal el PP para que esa situación se repita en Andalucía desde 1982? Según la teoría del PP, alimentada por El Mundo, en Andalucía hay un "régimen" que impide que la gente se exprese y vote en libertad porque está atrapada por una tupida red de intereses sin la cual no podría sobrevivir. Los socialistas reaccionan airados ante esta afirmación, que consideran un insulto a los andaluces y estiman que el motivo de las derrotas acumuladas del PP se debe a que no tiene un proyecto para Andalucía ni la entiende.

Los dirigentes nacionales del PP, además, han contribuido a fijar una imagen de una derecha ajena a Andalucía. "Los andaluces deben salir del adocenamiento y acabar con el caciquismo de los socialistas"; "a los andaluces hay que enseñarles a pescar en vez de ponerles un plato lleno de peces", "los niños andaluces son prácticamente unos analfabetos". Son las tarjetas de visita que han dejado Esperanza Aguirre, Manuel Pizarro y Ana Mato, respectivamente, cuando han opinado sobre Andalucía en esta campaña sin que nadie con autoridad en ese partido saliera al paso.

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La polarización de la campaña entre PSOE y PP ha colocado a los partidos minoritarios en una situación difícil, apenas se les oye, aunque el candidato de IU, Diego Valderas, y el de Coalición Andalucista, Julián Álvarez, han hecho también de la larga permanencia en el poder de los socialistas su principal lema. Algunos sondeos pronostican muy malos resultados para ambos partidos, hasta el punto de que podrían no sacar su escaño.

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