Teorías (artísticas) de la conspiración

Las teorías de la conspiración han tenido siempre sus incondicionales. Por otro lado, hay otra acepción de conspirar que sugiere "un silencioso y cósmico respiro colectivo, que se materializa en las íntimas y anónimas forma de colaboración creativa, hechas posibles por las nuevas tecnologías". A partir de estas reflexiones se articula Conspire..., la 21ª edición de Transmediale, el festival para el arte y la cultura digital, que se celebra en Berlín, desde ayer y hasta el domingo.

"No hay cambios de rumbo. Queremos consolidar el aspecto expositivo, impulsar los eventos en directo y empezar una colección de publicaciones. Transmediale es un proyecto de investigación artística, que debe reflejar los constantes cambios y los debates más actuales que surgen del impacto del arte en la cultura, la sociedad y la política", explica Kovats, director del festival.

La conspiración toma la forma de obras provocativas como una brutal instalación del austriaco Emanuel Andel. El visitante debe introducir su mano en la máquina y pulsar un botón para que el cuchillo empiece su danza enloquecida, clavándose cada vez más rápidamente en el espacio entre los dedos. Aunque la máquina reconoce la mano a través de unos sensores, existe la componente azarosa de la tensión y el consiguiente sudor que, además de acelerar el movimiento del cuchillo, puede alterar los circuitos eléctricos y producir comportamientos inesperados.

Entre las novedades de la Transmediale destaca una amplia sección de media performances, que incluye la participación de la compañía teatral barcelonesa Conservas con Realidades Avanzadas, un espectáculo sobre el tema de la propiedad, que utiliza sistemas telemáticos para la participación de los espectadores.

La obra, que parodia los mecanismos de la democracia participativa, es copyleft; es decir, que al final de la función el espectador puede llevarse a precio de coste (tres euros) un DVD con toda la información, textos, vídeos, animaciones, músicas e imágenes que conforman el montaje.

La presencia española, nunca tan exigua en los últimos años, se completa con dos vídeos: Further information, de Vanesa Castro e Iñaki López, una irónica parodia del audiovisual musical, y Parallel paradises, de Manuel Saiz, "donde los documentales sobre la naturaleza encuentran Saturday night fever", según el artista.

Obras inéditas

En la exposición, abierta hasta el 24 de febrero, se cuentan varias obras inéditas. Crossworld, de la rusa Olga Kisseleva, analiza los aparatos propagandísticos de Estados Unidos y la ex Unión Soviética a través de una instalación que ayuda a los visitantes a convertir en forma textual, en tiempo real, la información subliminal que emite la House of World Cultures, sede de la exposición. Para ello ha instalado en varias partes del edificio un conjunto de tags (etiquetas electrónicas), detectables a través del móvil, con mensajes ocultos en la arquitectura del edificio.

Si Kisseleva introduce la inmaterialidad de la información en la solidez de la arquitectura, los objetos no visuales de Einar Thorsteinn surgen de la voz del artista. Las intervenciones en el espacio público de Silent Cell Network (en este caso, un intento de secuestro retransmitido en directo a través de Internet) se encargan de barrer los límites, cada vez más difuminados, entre realidad y ficción.

Una buena teoría de la conspiración, ante todo, debe ser verosímil. Lo demuestra Amazon noir-the big book crime, un proyecto de net.art de Ubermorgen, Alessandro Ludovico y Paolo Cirio, que compite en los premios, este año dotados con 8.000 euros.

Durante meses, gracias a una sofisticada tecnología, los artistas pudieron acceder a los libros con copyright de Amazon.com, una de las mayores librerías en Internet, descargarlos y ofrecerlos gratuitamente en su web.

La consecuencia fue una demanda de la tienda, seguida por grandes debates en la Red sobre los límites del derecho de propiedad intelectual. Los artistas resistieron las embestidas legales de Amazon, hasta que finalmente cedieron y les vendieron su tecnología por una suma no revelada.

Otros proyectos de la Transmediale se centran en la búsqueda de la verdad universal y de la naturaleza última del ser humano, como los sistemas bioorgánicos de Uršula Berlot, el espectro de colores generado por la respiración de Kimsooja, el planetario geocéntrico de Norimichi Hirakawa y las representaciones simbólicas, construidas a través de la tecnología, de Knowbotic Research.

La vertiente más abiertamente política está representada por las cartografías del capitalismo del colectivo francés Bureau d'Études, el simulacro de una cumbre de micronaciones del grupo finlandés Yukon y la cacofonía de la escultura sonora de la mexicana Julieta Aranda, que reproduce, todos a la vez, los himnos de los 191 Estados que forman las Naciones Unidas.

Finalmente, el proyecto multimedia Wonder Beirut cuenta la historia del fotógrafo pirómano libanés Abdallah Farah y recupera algunas de sus más estremecedoras imágenes.

TRANSMEDIALE: www.transmediale.de