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Entrevista:BERNARD KOUCHNER | MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES DE FRANCIA | ENTREVISTA

"No estamos dispuestos a aceptar una bomba nuclear en Irán"

Bernard Kouchner es ministro francés de Exteriores y se mostró partidario en unas declaraciones recientes de que su país esté preparado para una guerra con Irán -aunque más tarde lo matizó- si el régimen de los ayatolás no colabora con los inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). La semana pasada, en Nueva York, participó en una reunión del Consejo de Relaciones Exteriores estadounidense, al que pertenece el autor de este texto. Lo que sigue son fragmentos de la conversación.

Pregunta. Para que Francia participe en cualquier acción militar contra Irán, ¿es preciso que tenga la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU?

Respuesta. Por ahora, no ha habido ninguna propuesta de intervención militar. Al contrario, la postura francesa consiste en que estamos de acuerdo con la misión actual del director del OIEA, Mohamed el Baradei [que ha acordado con los iraníes que respondan a una serie de preguntas pendientes sobre el carácter de su programa nuclear]. Es una misión técnica que durará dos o tres meses.

"Ante la opresión interminable que sufre hoy Myanmar, debemos hacer algo"
"Tenemos que proponer a los iraquíes que intervengan más en sus problemas"

Es imposible no estar a favor de eso, aunque debemos mantenernos firmes y decir que es inaceptable que Irán tenga armas nucleares. Cuando hablo con mi estimada colega Condi Rice, se observa que los estadounidenses y nosotros no estamos totalmente de acuerdo, porque nosotros aprobamos esta misión. No hay que olvidar que El Baradei tenía razón sobre Irak. Desautorizar sus acciones es un grave error. Somos aliados, pero en este punto no coincidimos. Sin embargo, sí estamos de acuerdo en el objetivo fundamental: no estamos dispuestos a aceptar una bomba nuclear en Irán. De modo que, para detener el proceso, vamos a seguir adelante (con nuevas sanciones) con o sin el Consejo de Seguridad.

P. ¿Qué se puede hacer ahora?

R. Desde luego, siempre hemos estado en contra de la operación militar de Estados Unidos en Irak. Y hemos podido ver que no había absolutamente nada preparado para la reconstrucción nacional. Es un auténtico desastre, un desastre. Pero nuestra política no puede basarse en el antiamericanismo. Ya no podemos seguir la estrategia del gobierno anterior y de Europa en general de decir "éste es un fracaso de EE UU, un problema de EE UU, así que vamos a mantenernos lo más lejos posible". Yo tomé la decisión de ir a Irak en agosto para hablar con la gente sobre el terreno. No quería apoyar la actuación de EE UU, pero tampoco ir en contra de ella.

Era la primera vez en 20 años que un ministro de Exteriores europeo visitaba Irak. La primera vez en nueve años que un avión militar francés aterrizaba en Bagdad. No pedí permiso al presidente Bush ni a Condi para ir. Simplemente, se lo notifiqué el día anterior, al mismo tiempo que a mis colegas europeos. Fue una aventura. La Zona Verde es una especie de sitio surrealista. Todo lo demás, alrededor, es una zona roja, completamente destruida, sin ningún tipo de vida en las calles. Es increíble.

P. ¿Qué podemos hacer?

R. Existe un triángulo de poder. Están los soldados estadounidenses, cuyo número está reduciéndose de 160.000 a 130.000. Por ahora, tienen que permanecer allí. Luego está el Gobierno iraquí, que es muy débil, pero existe. Y el tercer ángulo es la nueva resolución de Naciones Unidas aprobada en agosto para ampliar el papel de la ONU en el país.

P. ¿Es posible hacer algo?

R. Primero tengo que convencer a mis compatriotas franceses [de que se interesen más], pero creo que sí. También tendré que convencer a otros europeos. Por suerte, Carl Bildt, el ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, también visitó Irak justo después que yo, y estamos completamente de acuerdo.

P. ¿Por dónde empezar? Por ejemplo, hay 77.000 prisioneros iraquíes que llevan dos años esperando que se les acuse de algo, y que no han hablado con ningún abogado, juez ni fiscal. ¿Podría ayudar Francia a resolver este problema con jueces franceses e internacionales además de jueces iraquíes, o formando a más jueces iraquíes?

R. Por encima de todo, tenemos que proponer a los iraquíes que intervengan más en sus propios problemas. Ahora no están involucrados en absoluto. El Ejército iraquí no puede iniciar ninguna operación sin el consentimiento, las órdenes y las armas del Ejército de Estados Unidos.

Ha sido fácil pasarnos cuatro años diciendo que éste era un problema de Estados Unidos. Ellos quisieron ir allí y fueron. Muy bien. Pero eso no basta. En esta región se concentran todos los problemas del mundo. Debemos dedicar una parte de nuestro futuro a ofrecer unas cuantas soluciones, entre ellas, el establecimiento de una federación o alguna otra solución política. Pero, sinceramente, humanamente, tenemos que hacer algo; si no, será mucho más que un desastre. Será una verdadera catástrofe.

P. ¿Cómo debe reaccionar Occidente ante las protestas y las enérgicas medidas del Gobierno en Myanmar?

R. Ante la opresión interminable que sufre hoy Myanmar, nosotros no podemos permanecer al margen. Cuando la Junta Militar decide derramar sangre para acallar las voces de los valientes políticos y religiosos de la oposición, están derramando también la nuestra. Lo que hacen es un desafío a nuestras conciencias; debemos hacer algo.

© Global Economic Viewpoint, distribuido por Tribune Media Services. Traducción de M. L. Rodríguez Tapia

Bernard Kouchner, ministro francés de Asuntos Exteriores.
Bernard Kouchner, ministro francés de Asuntos Exteriores.BLOOMBERG

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