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Reportaje:

La industria farmacéutica estornuda

Los laboratorios culpan al Gobierno de crecer por debajo del PIB y de que la inversión en I+D esté estancada

Es uno de los sectores más robustos de la economía española, pero hace un tiempo que tose. Los laboratorios farmacéuticos, que alardean de ser la industria que más invierte en I+D -el 18% de toda la inversión privada- advierte de que la política de precios y de patentes del Gobierno español les está poniendo la soga al cuello. La inversión en I+D está estancada y llevan tres ejercicios creciendo por debajo del producto interior bruto (PIB) nominal. El Ministerio de Industria reconoce que los precios son bajos pero asegura que les está ayudando a innovar. Los fabricantes de genéricos atribuyen los lamentos a la futura pérdida de ingresos: 4.300 millones en cinco años.

Los precios de referencia y el vencimiento de una veintena de patentes tendrán un impacto económico de más de 4.000 millones en cinco años

El profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) Pedro Nueno, un estudioso de la industria farmacéutica (entre otras), compareció hace un tiempo en el Congreso, a petición de Farmaindustria, la gran patronal española de los laboratorios innovadores, para dar su parecer acerca del sector ante la nueva Ley del medicamento. Lo hizo a través de videoconferencia, puesto que se hallaba en Shanghai, donde preside la escuela de negocios para altos ejecutivos de la gran empresa china CEIBS. "Miren -empezó- al salir de mi despacho y cruzar la calle hay un centro de I+D de Roche, más arriba está Bayer, otro centro de Novartis... Esto se mueve por todo el mundo", les dijo.

-¿Y cómo penalizamos el uso irresponsable del medicamento? -le inquirió un diputado-.

-¿Y el uso irresponsable del automóvil? -le espetó el profesor-. Es como si cuando un conductor se salta un semáforo, penalizáramos al fabricante.

Con estos dos ejemplos resume Pedro Nueno el momento actual de la industria farmacéutica en España. La innovadora, también están los fabricantes de genéricos.

El sector, que representa el 1,5% del producto interior bruto (PIB) español y emplea a unas 40.000 personas de forma directa en 270 compañías, es el que más invierte en investigación y desarrollo (I+D), un 18% de toda la inversión privada. El empleo es estable y de alta calidad: un tercio son titulados superiores, de los que aproximadamente un 10% están dedicadados a labores de investigación, llegando a emplear un 11% del total de investigadores que trabajan en la industria española.

El futuro de los grandes laboratorios depende del desarrollo de nuevos fármacos, lo que requiere grandes sumas de dinero. Poner un medicamento en el mercado -esto es, que una molécula tenga éxito- cuesta más de 10 años de investigación y alrededor de 800 millones de euros. Se trata de una cifra equivalente al coste de nueve museos como el Guggenheim de Bilbao o tres aviones Airbus-380. Sólo una de cada 10.000 moléculas acaban en éxito.

Menos inversión en I+D

El sector se siente maltratado por la administración, debido a los últimos cambios normativos, que, dicen, provoca nubarrones en el sector. El principal achaque del sector es el descenso en el ritmo de crecimiento de la inversión en I+D. En 2006, los recursos destinados alcanzaron casi un montante de 800 millones de euros. A pesar de lo aparente de la cifra, sólo representa un 3,6% más que en 2005. Ese año la inversión creció un 7,5% y el ejercicio anterior un 8%. En los primeros años de la década, las tasas de crecimiento superaron el 20%, según datos de Farmaindustria.

"Por primera vez, el crecimiento de los gastos en I+D farmacéutica ha sido inferior (la mitad) al crecimiento del PIB [en términos nóminales, sin descontar la inflación], afirma Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.

La patronal denuncia la "clara incoherencia" del Gobierno no para lograr el objetivo marcado en el Programa Ingenio, que pretende que la inversión en I+D+i, tanto pública como privada, alcance el 2% del PIB en 2010, el doble del nivel actual.

"No es verdad que no estemos haciendo nada", protesta un alto cargo del Ministerio de Industria. "Hemos puesto, por ejemplo, el programa Profarma en la Ley del medicamento, para que las empresas paguen menos tasa, en función de lo excelentes e innovadoras que sean. Asimismo, y a parte de las ayudas directas a la I+D, en España tenemos uno de los regímenes fiscales más generosos de Europa con el I+D, al poder desgravar hasta el 30% de los gastos por este concepto en el Impuesto de Sociedades, que en determinados casos puede quedarse en el 17%".

Con todo, Farmaindustria reclama una nueva política de I+D en que se reconozca la importancia de la innovación que realizan los laboratorios farmacéuticos a través de una política alineada con los europeos, y garantizando una protección de las innovaciones que permita un retorno de los esfuerzos e inversiones realizadas y elimine el diferencial que separa a España respecto de Europa en materia de propiedad industrial (patentes y marcas).

La patronal cuenta con el apoyo de los sindicatos mayoritarios: Comisiones Obreras y UGT. "Apoyamos a Farmaindustria en su emplazo a la administración. Teniendo en cuenta la política de alianzas mundialmente y que el tamaño de muchas de nuestras empresas es una de nuestras debilidades, si la administración no clarifica la indefinición en la regulación de un marco estable, las consecuencias pueden ser muy graves", asevera el responsable de la industria química de CC OO, Joaquim González. Su homólogo en la UGT, Antonio Deusa se manifiesta en el mismo sentido: "El Gobierno debería apoyar a las empresas que tiene centros de I+D y que fabrican en España, con ayudas y protegido sus productos".

La unanimidad para identificar los dos principales elementos que atenazan al sector es total y absoluta: la política de precios y la protección de las patentes. Y ambos dependen del Gobierno. "Somos un sector altamente intervenido", recuerda Arnés. No en vano, el Estado es el principal cliente de la industria al comprar el 80% de la producción.

Por debajo del PIB

Tras decretar la rebaja de los medicamentos en un 4,2% en 2005 y un 2% en 2006, para reducir el gasto sanitario, el Ejecutivo ha recuperado este año -desde el pasado 1 de marzo- la aplicación del sistema de precios de referencia. Este método se aplica a los fármacos para los que ya ha vencido la patente y existe un genérico, y el precio a aplicar es la media de los tres medicamentos más baratos del mercado. El precio acaba reduciéndose un 30%.

Farmaindustria advierte de que el nuevo sistema tendrá un impacto de 561 millones de euros al año, lo que representa un 6,3% del mercado de prescripción, y que la mitad de este montante será asumido por sólo siete compañías. Los laboratorios quieren que suban los precios y creen que hay margen sin que se resienta el sistema.

Un estudio de Eurostat en que compara el nivel de precios de los productos farmacéuticos de 33 países europeos concluye que los precios de los productos farmacéuticos españoles es de los más bajos. Si la del nivel de la Europa de los 25 es 100, España ocupa la vigésimo segunda posición, con un nivel de precios de 77.

El sector asegura estar perdiendo peso en la economía, puesto que "llevamos tres años consecutivos creciendo por debajo del PIB ", reitera Arnés. "Esto no hay industria que lo aguante", exclama el director de comunicación de Pfizer en España, Francisco García Pascual. En los últimos tres años, la multinacional norteamericana, líder del mercado español de prescripción, con unas ventas de más de 740 millones de euros y una cuota del 8%, ha invertido en el área de I+D+i, alrededor de 60 millones de euros cada año.

Sostiene Farmaindustria que hay margen para corresponsabilizar a todos los agentes en la sostenibilidad financiera del sistema sanitario porque la cobertura farmacéutica española tiene uno de los costes más bajos de Europa. Teniendo en cuenta los gastos sanitario y farmacéutico per capita, "si España gastara en sanidad la media de la UE [1.216 euros frente a 2.169], el gasto farmacéutico [302 euros frente a 408 en la UE], sólo representaría un 14% del gasto sanitario, en lugar del 24,8%".El otro gran problema son las patentes. En España, algunos fármacos sufren un diferencial de protección industrial respecto a Europa. España tiene una doble regulación de patentes: tras su entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, tuvo que establecer el sistema europeo que permitía patentar productos -antes sólo se patentaba el procedimiento: cómo hacer el ácido acetilsalicílico, pero no la Aspirina, por ejemplo-. Tras un periodo transitorio, implantó el sistema en 1992. Pero no especificó qué ocurría con las patentes registradas antes de 1992 y que estaría en vigor durante 20 años, es decir, hasta 2012, como en toda la UE. Son estas patentes las que han generado un conflicto, que se encuentra actualmente en los tribunales.

"En España, el genérico entra antes que en Europa, nos quita mercado anticipadamente y nos obliga a bajar los precios", exclama Arnés. Farmaindustria ha ofrecido 300 millones para crear un fondo para investigar tratamientos sobre enfermedades raras, a cambio de que el Gobierno intervenga y elimine el diferencial.

Para la patronal de genéricos, Aeseg, el punto de partida de Farmaindustria es erróneo. "No es cierto que la inversión en I+D esté desprotegida en España, el sistema de patentes es el mismo desde 1992. Hasta esa fecha, muchos fabricantes nacionales copiaban patentes procedentes mayoritariamente de Estados Unidos. Pero si sabían que pasaría esto, ¿por qué no protestaron hace 15 años, por ejemplo? Siempre han funcionado como un lobby muy potente en beneficio de las multinacionales, especialmente durante los gobiernos del PP y ahora se les ha terminado", afirma el director general de Aeseg, Miguel Barbero.

Riesgo de deslocalizaciones

Lo que se juegan no es poco. Según los datos de la patronal, en los próximos cinco años, entre 2007 y 2012, vence la patente antigua de una veintena de fármacos, que representan unos 1.500 millones de euros, un 10% de la facturación de los laboratorios, que en 2005 vendieron por valor de más de 11.300 millones de euros. Éstos son los que Farmaindustria quiere proteger.

"No es tan fácil modificar una ley así, puesto que los genéricos también tienen unos derechos adquiridos. Lo hemos estado estudiando, pero es muy difícil poderlo resolver", aseguran fuentes del Ministerio de Industria, que reconoce que "el auténtico problema de fondo de los laboratorios innovadores son los precios, sensiblemente inferiores a la media europea".

Como en tantos otros, sobre el sector farmacéutico también planea la deslocalización, no ya de los procesos industriales, sino también de la I+D. El director médico de Sanofi-Aventis en España, José María Taboada, advierte de que "no se capturan todas las oportunidades de inversión que el mercado español, dado su potencial, podría tener". El peligro de deslocalización "existe y lo malo es que se nota muy lentamente", explica el consejero delegado de Boehringer en España, Manuel García Garrido, quien añade: "Se está perdiendo capacidad de inversión en relación con los países emergentes".

Laboratorios de la unidad farmaceútica Knoll de la empresa química alemana BASF, en Ludwigshafen.
Laboratorios de la unidad farmaceútica Knoll de la empresa química alemana BASF, en Ludwigshafen.EPA

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