Gas ruso para el sur de Europa
El grupo estatal ruso Gazprom y el italiano ENI acuerdan construirun gasoducto que conectará con la UE sin pasar por Ucrania y Turquía
El monopolio de gas ruso Gaz-prom y la empresa italiana ENI firmaron el sábado en Roma un protocolo de intenciones para la construcción de South Stream o Corriente del Sur, un sistema de gasoductos que irá por el fondo del mar Negro desde la costa rusa a la búlgara, desde donde continuará hasta Italia. Este proyecto para suministrar gas al sur de Europa permite a Rusia llegar directamente a los consumidores europeos sin pasar por países de tránsito (en este caso, Ucrania o Turquía).
Las dificultades técnicas que tendrán que enfrentar los constructores del gasoducto son enormes: 900 kilómetros de tuberías por el fondo del mar Negro, que en su punto más profundo deberán ser tendidas a 2.000 metros bajo el agua y en un territorio altamente sísmico. Según cálculos preliminares, el gasoducto costará unos 10.000 millones de euros.
Los expertos creen que si Rusia cumple todos sus acuerdos tendrá un déficit interno de gas
La capacidad de la Corriente del Sur será de 30.000 millones de metros cúbicos de gas al año. Desde Bulgaria, el gasoducto puede continuar por el norte, pasando por Rumania y Hungría para seguir a Austria y Eslovenia y desde allí a Italia (1.300 kilómetros) o continuar por el sur, a través de Grecia para pasar por el fondo del Adriático y llegar a Italia (1.000 kilómetros). Sin embargo, Alexandr Medvédev, vicepresidente de Gazprom, dijo ayer que estas rutas no son alternativas, sino que pueden ser complementarias una de otra, es decir, que lo más probable es que se construyan ambas en el caso de encontrar suficiente demanda en los Balcanes (3.200 kilómetros de tuberías en total).
Para realizar el proyecto, Gaz-prom y ENI crearán una empresa mixta que construirá el gasoducto y luego obtendrá la concesión de su explotación. Esta empresa estará abierta a la participación de terceras partes. Como explicó ayer Medvédev en Moscú, si los búlgaros desean construir su parte de gasoducto y formar parte de la empresa, serán bienvenidos. Bulgaria ya manifestó su interés por la Corriente del Sur.
"Este proyecto abrirá grandes posibilidades para el desarrollo de la economía de Bulgaria y tendrá un efecto positivo en Europa suroriental", declaró el domingo el presidente búlgaro, Gueorgui Pirvanov durante la cumbre energética balcánica celebrada en Zagreb. El líder ruso Vladímir Putin, que también intervino en esa cumbre, señaló por su parte que el gasoducto "contribuirá a la estabilidad energética" en Europa e influirá favorablemente en el mercado energético internacional. Según subrayó ayer Medvédev, los otros países de la zona también están interesados en el proyecto.
Italia y Rusia acordaron realizar un estudio de viabilidad para ver tanto los problemas técnicos y ecómicos como las implicaciones políticas del proyecto. Tras el anuncio de este proyecto, cabe esperar que se alcen nuevas voces de alarma por la cada vez mayor dependencia de la Unión Europea de los suministros energéticos rusos.
La Unión Europea también tiene un proyecto propio, llamado Nabucco, para abastecer al sur de Europa. Se trata de gas azerbaiyano proveniente desde Bakú y que evita pasar por territorio ruso. Azerbaiyán quiere que Kazajistán se una al proyecto, para lo cual habría que tender tuberías por el fondo del mar Caspio desde la costa kazaja hasta Bakú.
La Comisión Europea no considera que el nuevo proyecto Corriente del Sur representa el surgimiento de un rival para Nabucco. "La demanda de gas natural por parte de la Unión Europea aumenta rápidamente, por lo que la CE considera positivo la construcción de cualquiera nueva infraestructura que ayude a satisfacer esta demanda", declaró ayer en Bruselas Michele Cercone, portavoz de transporte de la CE, refiriéndose al acuerdo a que llegaron ENI y Gazprom. Para algunos analistas, la Corriente del Sur no será competencia para Nabucco, que no se nutre de combustible ruso, sino para los otros gasoductos rusos, por ejemplo, los que van a Europa a través de Ucrania o Bielorrusia.
El principal problema al que se puede enfrentar Gazprom es el de cómo llenar todos los gasoductos de exportación construidos y por construir. Muchos especialistas rusos pronostican que si Rusia cumple sus compromisos de exportación, dentro de poco habrá un serio déficit de gas en el mercado interno que puede alcanzar los 40.000 millones de metros cúbicos en los próximos años.
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