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Día del Libro

Expertos estudian el vínculo entre música y palabra en las canciones de Paco Ibáñez

Margot Molina

"La gran labor de Paco Ibáñez ha sido crear una especie de antología de la poesía española con autores tan complicados para ponerles música como Góngora, Quevedo o Jorge Manrique... que gracias a él han llegado a mucha gente", asegura el escritor Rafael de Cózar, una de las cuatro voces que se dieron cita ayer en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla para hablar de La música y la palabra, en una especie de homenaje al cantautor Paco Ibáñez.

El artista, que desde mediados de la década de los 60 se convirtió en París en una voz contra la dictadura con la sola ayuda de la poesía, sin recurrir a consignas políticas; ofreció ayer en el Liceo de Barcelona su recital Nos queda la palabra, como uno de los actos programados para celebrar el Día del Libro. El concierto estuvo arropado por mesas redondas y conferencias que organizaron las universidades Autónoma de Madrid, de Barcelona y de Toulouse (Francia), además de la Hispalense y que se retransmitieron, vía Internet, a más de 900 universidades de todo el mundo.

"La idea surgió aquí el año pasado cuando Paco Ibáñez estuvo en la universidad hablando sobre la relación entre la música y la palabra, sobre cómo la música potencia el mensaje que se quiere transmitir y, después, se sumaron otras universidades", explicó ayer Eva Lainsa, directora del Servicio de Promoción Cultural de la Universidad Hispalense. En el encuentro estuvieron también la actriz Tachia Quintanar, quien ha acompañado a Ibáñez en sus recitales, el hispanista francés Serge Salaüm y el poeta y traductor de italiano Miguel Ángel Cuevas.

"La poesía nace íntimamente ligada a la música, incluso el término lírica viene del instrumento, la lira, que se tañía en la antigua Grecia para acompañar a los cantos mélicos. Después, en las lenguas románicas, aparecen estrofas que son poemas musicales como la balada, la canción o el madrigal", afirma Cuevas, quien ha traducido textos de Pier Paolo Pasolini y Pirandello, entre otros. El profesor de Filología Italiana justifica esa separación entre poesía y música en la no existencia de un sistema de anotación musical, de forma que no se conservan partituras -salvo excepciones- hasta finales del siglo XVI.

"Conozco a Paco Ibáñez desde hace 50 años, de sus primeros discos de los 60 y de los recitales de poesía que yo daba en París para los emigrantes y exilados durante el franquismo", comentó ayer Tachia Quintana, la actriz que fue musa de Blas de Otero y que hasta ahora -cuando se cumple el 90 aniversario del nacimiento del poeta- no se había atrevido a recitar en público los poemas que él le dedicó como Paso a paso. "Ibáñez fue muy importante para los franceses, sobre todo en los años previos a mayo del 68 cuando había una necesidad de ruptura política que él supo hacer con versos de grandes poetas españoles, sin necesidad de consignas", apunto Serge Salaüm, especialista en poesía española en la Guerra Civil.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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