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Reportaje:Fútbol | Liga de Campeones: vuelta de los octavos de final

Ante Ibrahimovic y con una muñeca rota

El central Albiol explica cómo pretende anular al gigante sueco a pesar de su lesión en el brazo

El sol pega tan fuerte que Albiol abandona Paterna, al mediodía, con una camisa de manga corta. De su brazo izquierdo asoma un vendaje blanco que lo cubre desde el codo hasta la mano. "El escafoides. Lo tengo roto", comenta el central del Valencia, que sigue jugando pese a esta lesión que arrastra desde hace dos meses. Claro que una cosa es jugar y otra tener que chocar, parar y anular a esa mole sueca de casi dos metros llamada Ibrahimovic. Y no una, sino dos veces en dos semanas. No tiene escapatoria. Esta noche, en Mestalla, le toca otra vez. "Es muy difícil marcarlo porque combina una gran potencia con una calidad técnica impropia de un delantero tan corpulento", indica Albiol, de 21 años, que reconoce que lo peor son las jugadas en contra a balón parado. Ahí donde los brazos actúan como aspas para ganar la posición o desequilibrar al contrario. Ahí donde su brazo izquierdo se resiente. En la ida, en San Siro, Ibrahimovic extendió su brazo derecho un par de veces sobre el cuello de Albiol y lo dejó inmovilizado. Entonces hay que sacar otros recursos: "Estar muy concentrado y pegado a él. Me recuerda a Ronaldo: parece que pasa del partido hasta que despierta de repente y arranca a toda mecha", añade el valencianista, que no había visto antes de Milán a las figuras interistas más que "en la Play-Station". "El escafoides es un huesecillo de la muñeca", explica el médico del club, Antonio Giner, "que no le impide jugar, pero, si se cae al suelo, se puede hacer mucho daño. Lleva una protección sintética especial".

"Ellos meten una quinta marcha en las áreas", advierte De Miguel, preparador físico
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"Ibrahimovic le saca una cabeza a Albiol [1,88], que en San Siro parecía un enano", analiza el preparador físico, Paco de Miguel, que apela a las ayudas para que Albiol no se sienta solo ante el coloso. En especial, de Ayala. "Ayala y Albiol son muy coordinados y dominan la relación espacio-temporal cuando va a caer el balón".

Ante la evidencia que dejó San Siro -los jugadores del Inter tienen más volumen que los del Valencia-, De Miguel ofrece algunos antídotos. "Primero: intentar que pongan el menor número de centros. Y, si se producen, contrarrestarlos como sea: estar muy concentrados, anticiparse y meter el cuerpo para desequilibrarlos". No es tanto cuestión de altura como de envergadura. Sobre todo, por lo que respecta a Materazzi (1,93) e Ibrahimovic. Abultan el doble que sus marcadores en las acciones defensivas de estrategia: Moretti y Albiol, respectivamente.

El Valencia marca en estos casos al hombre y Moretti se encarga del atacante más complicado, hoy Materazzi. "Moretti es muy comprometido. Aunque no tiene un gran salto, es muy responsable y la marca más importante se la damos a él. Lo necesitamos", confiesa De Miguel.

El secreto del Inter está en las áreas, donde juega con gran intensidad. "Allí mete una quinta marcha tanto en la defensa como en el ataque. Por el medio no pasa nada: un equipo ramplón. Solamente Cambiasso [ausente por lesión] sabe abrir el juego a las bandas. Ibrahimovic se pasó el partido de ida parado, pero, cuando veía que iba a salir un centro, arrancaba y a ver cómo frenas esa mole".

En la defensa, la pauta la marca Córdoba. "A Córdoba", subraya De Miguel, "no le vimos fisuras. Villa, que se suele ir con facilidad de los centrales, no podía con él. Es muy rápido y mete el cuerpo, pero es más noble que el otro central, Materazzi, a quien le vimos un punto débil: no tiene velocidad". Morientes no dijo ni pío cuando sufrió el impacto de un codazo de Materazzi. "Morientes, alto en España, es normal en Europa. Se tuvo que comer la agresión y eso es ser inteligente. Ir al cuerpo a cuerpo es salir perdiendo. Ellos están acostumbrados. No se pueden imaginar lo que hablan, muerden, pellizcan y arañan".

En el ataque, Mancini cuenta con una batería de delanteros de perfil parecido. "Son asesinos: Ibrahimovic, Crespo, Cruz... El diferente es Adriano, que puede enganchar más con el centro del campo", concluye De Miguel. Los delanteros del Valencia son más de habilidad y rapidez, salvo Morientes. Villa tardó 45 minutos en desbordar a Córdoba. Y no lo logró en todo el segundo tiempo. Hasta que marcó de falta. Frente a la potencia interista, el Valencia propone velocidad, resistencia y técnica.

Albiol, en el entrenamiento de ayer.
Albiol, en el entrenamiento de ayer.JOSÉ JORDÁN

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