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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Pablo Pintado, arquitecto

El proyecto del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid es obra suya

El arquitecto Pablo Pintado y Riba (Madrid, 1924), autor del proyecto del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, falleció el 10 de febrero a los 82 años.

Hijo de maestros vinculados a la Institución Libre de Enseñanza, el arquitecto Pablo Pintado y Riba (Madrid, 1924) se educó en los valores del regeneracionismo español y permaneció fiel a ellos durante toda la vida. Al terminar la Guerra Civil, su padre, Sidonio, un pedagogo y esperantista que formó parte del Consejo Escolar del Ministerio de Educación en 1936, fue fusilado después de un juicio sumarísimo en Cambrils.

A raíz de la inhabilitación de su madre, María Riba, Pintado mantuvo a su familia ejerciendo primero como maestro de enseñanza primaria y más tarde como topógrafo del Instituto Geográfico Nacional. A partir de entonces dedicó su vida al ejercicio de la arquitectura, manteniendo siempre vivo el recuerdo de su padre y de la legitimidad robada a la Segunda República.

En el invierno de 1947, siendo un alumno brillante de Arquitectura en la Escuela de Madrid, realizó la primera pintada indeleble en las paredes de una universidad española. Pintado hizo el grafito en nombre de la libertad, de la FUE (Federación Universitaria Escolar) y contra el fascismo valiéndose de una solución de nitrato de plata que le había proporcionado Mercedes Vega, estudiante de Químicas. La solución tenía la propiedad de ennegrecerse a la luz del sol y desaparecer cuando no la había. La pintada duró varios días porque los servicios que acudían a borrarla por la noche no lograban dar con ella. Cuando por fin la encontraron, picaron la pared para borrar el nitrato y la inscripción quedó cincelada en la piedra para siempre. Esta acción le valió un año de cárcel en Carabanchel.

No descuidó su carrera profesional, y de hecho ya había obtenido un Premio Nacional de Arquitectura (1958) cuando en 1964 su proyecto ganó, contra todas las expectativas, el concurso para el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid.

Él mismo solía contar que la primera intuición del edificio surgió un día mientras jugaba con dos cajas de cerillas. El Palacio, que incluía un doble auditorio articulado desde un escenario central, obedecía a un planteamiento racionalista que conservaba elementos y soluciones tradicionales, como el patio y los jardines. En 1980 se incorporó el mural de Miró a la fachada, y con ello el Palacio de Congresos se vinculaba indirectamente a la obra de José María Sert (arquitecto de la Fundación Miró en Barcelona y en Palma), a quien Pablo Pintado siempre consideró un maestro en la distancia.

El Rey le concedió la encomienda de la Orden de Isabel la Católica en 1991. Cinco años después moría su esposa, Encarnación Casas, con la que tuvo cuatro hijos: Irene, Pablo, Natalia y Patricia. Los cuatro dan fe del legado de tesón, fortaleza, inteligencia y generosidad que nos ha dejado su padre.

Pablo Pintado, en su estudio.
Pablo Pintado, en su estudio.

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