El observatorio europeo completa su conjunto VLT

El cuarto y último telescopio auxiliar del conjunto VLT, que el Observatorio Europeo Austral (ESO) tiene en Chile, se ha inaugurado el mes pasado, con lo que se completan allí las instalaciones dedicadas a la avanzada técnica denominada interferometría, que proporciona observaciones del cielo de altísima resolución.

El VLT (Very Large Telescope) es un conjunto de cuatro telescopios gigantes de espejo principal de 8,2 metros de diámetro y cuatro auxiliares, de 1,8 metros. Aunque los grandes se utilizan independientemente, el VLT fue diseñado específicamente para interferometría, lo que hace de este observatorio, situado en Cerro Paranal (en el desierto chileno de Atacama), una instalación única en el mundo. España acaba de ingresar en el ESO, con lo que a partir de ahora se facilita el acceso de los astrónomos españoles a sus instalaciones.

España acaba de entrar en el ESO, lo que facilita el acceso a sus telescopios

La interferometría combina la luz procedente de un astro que llega a los diferentes telescopios dirigiendo los haces a un mismo punto focal. Un complejo sistema de alta precisión instalado en túneles construidos bajo el suelo de Cerro Paranal, dirige mediante espejos la luz hacia sensores especiales diseñados para esta tecnología. La interferometría ya está proporcionando avances importantes en astronomía, como la medición del tamaño de varias estrellas, la determinación de distancias estelares de alta precisión o la observación de regiones donde probablemente se están formando planetas alrededor de otras estrellas.

La interferometría de VLT se puede hacer observando simultáneamente un objeto con dos o tres de los telescopios grandes, pero como estos están muy solicitados individualmente, se han preparado los cuatro auxiliares. Con ellos se facilita la observación diaria con la técnica de combinación de la luz.

Los cuatro telescopios auxiliares son móviles, lo que permite crear la configuración deseada para cada tipo de observación de alta precisión. Cada uno tiene su contenedor compacto, con la electrónica y los sistemas térmicos. Todo el VLT se controla desde una sala de control adyacente a los telescopios.