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Abertis y Autostrade entierran su fusión por los "obstáculos" del Gobierno italiano

Las empresas contemplan "reconsiderar" el proyecto en un futuro incierto

Cuatro años de negociaciones intermitentes y un acuerdo de fusión amistoso se desvanecieron ayer cuando la italiana Autostrade y la española Abertis constataron la "imposibilidad de seguir adelante" con la operación ante los "obstáculos" del Gobierno italiano. El abandono del proyecto, que las empresas contemplan "reconsiderar" en el futuro, no impedirá que Bruselas continúe investigando las trabas a una operación valorada en 48.000 millones de euros. "Es una decisión empresarial", dijeron fuentes de Economía, sobre una operación "que al Gobierno español no le parecía mal".

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La fusión con Autostrade es la segunda operación de envergadura que se frustra este año en la que está implicada una empresa del conglomerado industrial de La Caixa, aunque los escenarios entre una y otra no son comparables. Abertis, presidida por el director general de la caja, Isidre Fainé, no llega a materializar una operación amistosa con la concesionaria italiana tras asistir al juego del gato y el ratón con el Gobierno de Roma durante ocho meses.

Por el contrario, Gas Natural, participada también por La Caixa, había planteado una oferta hostil por Endesa, la primera eléctrica del país, una operación bendecida inicialmente por el Gobierno y utilizada por la oposición del PP, en pleno debate sobre el Estatuto catalán, para desgastar al tripartito y a la propia La Caixa.

Considerando el grado de frustración que reinaba ayer en Abertis, el comunicado que dio cuenta del acuerdo sonó poco beligerante, mientras su consejero delegado, Salvador Alemany, prefirió no hacer declaraciones.

El comunicado atribuye la marcha atrás en la operación a "circunstancias que, hoy por hoy, obstaculizan la ejecución de la fusión". Y las resume en, por una parte, la falta de autorización de este proyecto por parte de la sociedad pública que en Italia gestiona las autopistas, Anas, y, por la otra, en la entrada en vigor de la nueva normativa sobre concesiones en ese país, que supone "una modificación profunda y unilateral de las condiciones en las que opera" la concesionaria, y cuyo alcance "se desconoce". Las empresas sostienen, en todo caso, que se altera a la baja la rentabilidad y valoración de Autostrade.

El mercado premió a Abertis por no seguir adelante con la operación vistas las incertidumbres, y sus títulos subieron un 2,61%, hasta los 22,8 euros. Autostrade, que sí se verá sometida al nuevo marco tarifario del Gobierno italiano, bajó un 1,31%, hasta los 21,85 euros.

Más beligerante fue el informe enviado por los ejecutivos de Autostrade a la junta directiva de la compañía italiana celebrada ayer, que enterró el dividendo extraordinario de 3,75 euros por acción que tenía previsto repartir en caso de fusión. Dicho informe habla de "un contexto institucional caracterizado por un comportamiento hostil de las autoridades y de los entes competentes o, cuando menos, receloso", informa Efe.

Aun así, la puerta se deja entreabierta. El presidente de Autostrade, Gian Maria Gros Pietro, dejó claro que descarta cualquier petición de indemnización a la sociedad Anas. Abertis y Autostrade "prevén que en un futuro -no hay fecha para ello- se podrán dar las condiciones que permitan reconsiderar el proyecto". También se apuesta por el "diálogo" con las instituciones.

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