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El PP logra excluir de las municipales el debate sobre la "nación" gallega

La reunión que mantuvieron ayer en Santiago el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, en torno a la reforma del Estatuto de Galicia, concluyó con un balance más que satisfactorio para el PP. Después de tres horas de conversación, el presidente de los populares gallegos salió de Monte Pío, la residencia oficial de Touriño, con un acuerdo que le permite ganar tiempo y afrontar las municipales sin tener que expresar una posición concreta en torno a la identidad nacional de Galicia, una definición sobre la que se resiste a hacer una propuesta concreta desde que comenzaron las negociaciones, hace ya nueve meses.

El pacto, por el que ambos dirigentes se comprometen a excluir la cuestión identitaria del debate político previo a las elecciones, desbarata la estrategia que hasta ahora compartían socialistas y nacionalistas y que pasaba por poner al PP ante el dilema de lograr un acuerdo antes de enero o correr el riesgo de aparecer ante los votantes como los culpables de que Galicia no tenga Estatuto. "Sería un error decir que una sola fuerza política es culpable", precisó Feijóo al término de la entrevista, la primera que mantienen desde enero.

La posición del BNG

Falta por saber si el BNG estará de acuerdo con este planteamiento, especialmente con la decisión de excluir la reforma estatutaria del debate preelectoral. El portavoz nacional del Bloque y vicepresidentre de la Xunta, Anxo Quintana, apostó por llegar a un acuerdo en enero y evitó expresamente sumarse al pacto alcanzado entre Feijóo y Touriño. Si no hay acuerdo en enero, dijo, "ya se verá lo que pasa".

La posibilidad de prolongar las negociaciones, al menos hasta después de las elecciones, es el más relevante de los acuerdos alcanzados ayer entre Touriño y Feijóo, pero no el único. El líder del PP consiguió que el presidente de la Xunta acepte expresar la inversión que Galicia demanda al Gobierno central en términos de cifras absolutas y no a través de un porcentaje sobre los presupuestos generales. Una cláusula a la que, según subrayó el propio Touriño tras la reunión, Galicia no tiene intención de renunciar, a pesar de que no satisfaga al ministro de Economía. "Me hubiese gustado escuchar a Pedro Solbes antes de la aprobación de los Estatutos de Cataluña y Andalucía", señaló el presidente gallego.

Es en materia lingüística, otro de los asuntos sobre los que hay más discrepancias, donde el acuerdo alcanzado entre Feijóo y Touriño es más ambiguo. Ambos se comprometieron a que la regulación estatutaria de la lengua gallega se ajuste al consenso que todas las fuerzas políticas alcanzaron hace 20 años a través de la Ley de Normalización Lingüística. Pero ninguno de los dos aclaró si se refieren al texto original, que recogía el deber de conocer el gallego, o al que está en vigor, después de que el Constitucional anulase ese artículo.

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