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Entrevista:DIEGO MILITO | Delantero del Zaragoza, 'pichichi' de la Liga

"No sé si hay alguien que me pueda parar"

Jordi Quixano

Todo lo que toca es gol. Diego Milito (Buenos Aires, Argentina; 1979) cuenta sus participaciones en el Zaragoza por goles y es el pichichi de la Liga, con ocho, junto a Kanouté, del Sevilla. La exigente Romareda le obsequia en cada partido con una ovación y su apelativo: "¡Diegol!". Rodeado por el clan argentino del equipo -son cinco, entre ellos su hermano, Gaby-, el ariete dice estar tranquilo y confiado. Ahora apunta al Barça, el próximo rival.

Pregunta. Baja a recibir la pelota, sale del área, busca las espaldas de la zaga y... marca. Menudo incordio está hecho, ¿no?

Respuesta. Hago lo que puedo. Es importante que un delantero se mueva y dé variantes a su conjunto. Si no te mueves, no marcas. La verdad es que Víctor Fernández me da libertad y confianza. Libre soy mucho mejor. Y tanto Sergio García como Ewerthon son unos complementos magníficos. Si salgo de la zona, ellos se quedan y viceversa. La mayor virtud que puede tener un futbolista es conocerse a sí mismo y saber cuáles son sus limitaciones. Es como cuando estás delante del portero. No siempre puedes pensar en cómo quieres chutar. A veces, no te da tiempo. Por eso siempre intento ir a lo seguro. No me gustan las tonterías: un tiro que ni es una vaselina ni es nada. Mi fuerte es la colocación y la definición. Ahora quiero mejorar mis puntos débiles: el disparo con la izquierda y los cabezazos.

"Voy a lo seguro. No me gustan las tonterías: un tiro que ni es un tiro ni es una vaselina"

P. ¿Le es todo más fácil con D'Alessandro y Aimar detrás?

R. Desde luego. En este curso he notado la diferencia porque ambos son desequilibrantes en el último pase. Esté donde esté, siempre saben dónde encontrarme. A mí me da igual que me la pasen al hueco o al pie. A veces no hace falta que mire hacia atrás porque la pelota se me pone delante de los pies. Con ellos hemos dado un salto cualitativo que se ve respaldado por la apuesta ofensiva del técnico.

P. Los adversarios suelen adoptar un sistema defensivo.

R. Pero no nos detienen. Yo prefiero que los defensas me den metros porque así tengo más tiempo para pensar en cómo superarlos. Pero es normal que se me peguen como lapas. Es su trabajo. Lo único que puedo hacer es asimilarlo y tratar de superarlos. Aunque a veces me dan ganas de decirles que se dediquen a jugar en vez de a dar patadas. Pero nunca hablo dentro del campo. Ahora estoy en un momento muy dulce. No sé si hay alguien que me pueda parar. Espero que continúe.

P. ¿Le puede salir todo tras marcarle la temporada pasada cuatro goles al Madrid de una tacada?

R. No sé si llego hasta ese punto. Pero esos goles te dan mucha confianza porque hay muy pocos jugadores que los consigan. Es un partido grabado en mi memoria. No es fácil hacer eso.

P. Ahora, el Barça...

R. Ojalá que pueda hacer algo parecido. Pero es muy complicado porque tiene una defensa muy completa: Márquez, Puyol, Thuram... ¿Cómo puede pensar alguien que esa defensa es mala? No entiendo a los que dicen que el Barça está mal. Nunca puede estarlo. Es un equipazo desde la punta de los pies hasta la cabeza. Puede ser que esté notando la ausencia de Eto'o. Nadie discute que es un jugadorazo, una gran baja. Un equipo sin un delantero centro específico está cojo. Pero el Barça puede subsanarlo con Saviola, otro jugadorazo, o Gudjohnsen. Les tengo un respeto bárbaro. Como a Ronaldinho, al que ahora critican. Esté como esté, marca las diferencias. Es un crack, un rival temible.

P. Decía que le gusta que le den metros. ¿Le es el Camp Nou propicio por sus dimensiones?

R. El que sea grande es un arma de doble filo. Por un lado, tengo espacios para moverme. Por otro, ellos tienen metros para hacer circular el balón con esa velocidad que les caracteriza. Por eso debemos jugar juntos para que no nos hagan mucho daño. Aunque para ganar al Barça la única receta que conozco es meter un gol más. Tenemos que intentar sacarles la pelota porque siempre intentan poseerla.

P. ¿Se plantea ser el pichichi?

R. No. Me haría una ilusión bárbara, pero queda mucho campeonato. No me gusta crearme falsas expectativas. De pedir, me gustaría entrar en la Champions.

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