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Reportaje:

Reparaciones y despropósitos en 72 horas

La iniciativa del Ayuntamiento de Valencia para el arreglo urgente de desperfectos en la vía pública cumple cinco meses

"Solicito la colaboración de los ciudadanos para detectar las deficiencias", afirmó el concejal de Ordenación Urbana de Valencia, Francisco Lledó, al poner en marcha el Servicio 72 horas, en manos de la contrata municipal Pavasal, el pasado 2 de noviembre. Se trata de una iniciativa que propone al ciudadano dar cuenta de los desperfectos de la vía pública (sólo los relativos a baches, socavones y baldosas sueltas en aceras y pavimento) a través de un teléfono de atención o vía e-mail y se compromete a repararlos en un período máximo de tres días.

El concejal no esperaba, sin embargo, que sus palabras arrastrarían colaboraciones tan entusiastas como la protagonizada por un jubilado y militante popular que, movido por el llamamiento municipal de su partido, ha dado ya cuenta de hasta 139 deficiencias, prácticamente una por día. "Aunque no forme parte de las competencias del servicio también nos avisa sobre las necesidades de poda de los árboles", dice Lledó en referencia a este devoto usuario.

Un jubilado, militante del PP, ha dado ya aviso de un total de 139 desperfectos
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El balance municipal

Además, el éxito de la demanda consistorial ha rebasado los límites de actuación del mismo servicio. Quizá las condiciones de gratuidad y rapidez expliquen la euforia de una valenciana que en vez de dirigirse a un fontanero optó por sacar rédito personal al asunto y llamó para que los técnicos de la contrata municipal acudieran a su casa y repararan un desairado grifo que no cesaba en su empeño de gotear; o el caso de una cordobesa que no tuvo ningún reparo en marcar el prefijo 96 para exigir los servicios de un Ayuntamiento ajeno.

Más allá de la anécdota, para Vicente Gallard, vicepresidente de la asociación de vecinos de El Cabanyal-Canyamelar, la alta implicación del ciudadano en el programa no se ha correspondido con una eficaz respuesta municipal. Gallard llamó al teléfono de atención a finales del año pasado para notificar que en la esquina de la calle de Amparo Guillén con Progrés había tres boquetes de un metro de diámetro en plena calzada. "Allí se concentran diversos traficantes de droga y utilizaban estos agujeros para improvisar una barbacoa en la calle. Los rellenaban de papeles y luego les prendían fuego", asegura indignado. El problema sólo se solventó dos semanas después, es decir, pasadas 336 horas desde su primera llamada. "Llegaron a enviarme una fotografía del lugar para que quedara constancia de que habían estado allí reparándolo. Sin embargo, cinco minutos después los hoyos seguían en la esquina", denuncia Gallard.

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Diametralmente opuesta es la opinión de Carmen Acebo, presidenta de la asociación de vecinos de Zaidía, quien califica de muy bueno el funcionamiento de este nuevo servicio, al que ha recurrido en tres ocasiones.

"Este servicio también cumple la función de derivar los problemas registrados en la vía pública que no forman parte de nuestro ámbito de actuación a las concejalías responsables", asegura Lledó. Eso es lo que sucedió cuando Óscar Pardo, responsable de medio ambiente de la asociación de vecinos de Patraix, avisó al servicio 72 horas sobre el estado del alumbrado de la calle de Turís. "La iluminación era insuficiente y no hacían nada porque la zona estaba pendiente de renovación", recuerda Pardo. El servicio de alumbrado instaló unas bombillas más potentes y "al día siguiente no había luz", explica con socarronería el responsable vecinal. Aún así, Pardo reconoce que los técnicos del programa 72 horas hicieron un trabajado "correcto" en Patraix.

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