Un trasvase viable técnica, económica y medioambientalmente
El autor rebate a Antonio Estevan, de la Fundación Nueva Cultura del Agua, su tesis sobre la inviabilidad del trazado original del Júcar al Vinapoló
En junio de 2003, tras un exhaustivo examen del proyecto, los técnicos independientes de la Unión Europea afirmaron de forma concluyente que la transferencia Júcar-Vinalopó era: "técnica, económica y ambientalmente viable". Incluso, fueron mucho más allá al señalar que "el proyecto ofrece la posibilidad de gestionar de forma eficiente y sostenible una cuenca hidrográfica, en línea con los objetivos de la DMA (Directiva Marco del Agua), y podría constituir un ejemplo para otras regiones en España". Nadie puede poner en duda el rigor de estos técnicos, así como tampoco la profesionalidad de los funcionarios de la Confederación Hidrográfica del Júcar a la hora de redactar el propio Plan de Cuenca del Júcar y otros informes que acreditan la viabilidad de la conexión Júcar-Vinalopó, con toma en Cortes de Pallás.
La toma de Cortes garantiza la recuperación de nuestros acuíferos
La estrategia de los antitrasvasistas ha sido sembrar dudas sobre la existencia de sobrantes
La caótica, improvisada y crispada política del agua que emprendió la ministra Narbona hace un año, a través de la desalación masiva del Programa AGUA, incluye entre sus principios la eliminación total de los trasvases de agua. Primero fue el Ebro. Luego han seguido los intentos por eliminar el Tajo-Segura. Ahora le toca al Júcar-Vinalopó. Los promotores de esos ataques a los trasvases, son los mismos. Los antitrasvasistas, parapetados tras la Fundación Nueva Cultura del Agua. El máximo representante de esta Fundación en la Comunidad Valenciana ha sido el asesor de Esquerra Republicana de Cataluña para eliminar el trasvase del Ebro del Plan Hidrológico Nacional. Su siguiente bandera es el Júcar-Vinalopó. Para ello, se presionó al Ministerio de Medio Ambiente para crear una Comisión del Júcar-Vinalopó, que ha sido utilizada para canalizar todas las teorías antitrasvasistas. Con verdades a medias, manipulación y con falsedades han dirigido la Comisión del Júcar-Vinalopó, para poner sobre la mesa una alternativa imposible de cambio de toma, que de facto significa el acta de defunción de la transferencia Júcar-Vinalopó.
En todo momento, esa Comisión ha estado condicionada, presionada, y me atrevería a decir que incluso manipulada por los representantes de la citada Fundación. ¿Quién es capaz de creer que los mismos que han enterrado el trasvase del Ebro se quieren convertir ahora en los defensores del Júcar-Vinalopó? Al igual que la Ministra Narbona, cualquier propuesta en este sentido merece credibilidad 0.
La estrategia de los antitrasvasistas para firmar la defunción del proyecto en obras, que ya se encuentra ejecutado prácticamente en un 50%, ha sido en sembrar dudas sobre la existencia de sobrantes en Cortes de Pallás. Un modelo matemático simulaba las entradas y las salidas del río. Con sencillas operaciones estadísticas se puede dejar seco el río Júcar. Así, el representante de la Fundación impuso que se tuvieran en cuenta tan sólo los últimos 25 años. En esa serie de 25 años se han incluido 2 de las mayores sequías históricas que ha padecido la cuenca del Júcar durante el siglo XX. Con esta manipulación se ha querido ocultar que el trasvase con toma en Cortes de Pallás es viable, y respetando la Albufera de Valencia y el caudal ecológico del Bajo Júcar. Y eso lo saben los antitrasvasistas. De hecho, introduciendo la serie de los últimos 50 años, que da mayor rigor técnica al calculo hidráulico, la media a trasvasar alcanza sobradamente la cifra de 80 hm3/año, que es la máxima establecida en el Plan de Cuenca del Júcar. Por otro lado, en los años en que no pueda alcanzarse el volumen de 80 hm3 se podría poner en marcha un Banco Público del Agua en la Cuenca del Júcar. Esta medida ha sido defendida por la propia ministra Narbona y se contempla en la Ley de Aguas.
Y este último aspecto es esencial. El Júcar-Vinalopó siempre será un trasvase a sobrantes. Los usuarios del Vinalopó somos los primeros interesados en que dentro del máximo rigor técnico, se respete el caudal ecológico del río Júcar y los aportes a la Albufera de Valencia. Por ese motivo, los regantes del Vinalopó consideramos intolerable la intoxicación de los antitrasvasistas en la Ribera del Júcar, para culpabilizarnos de todos los problemas ambientales que sufre la comarca. Por ejemplo, la Albufera de Valencia tiene un problema de contaminación importante con más de 5.000 empresas que arrojan sus vertidos a las acequias que desembocan en el lago y los residuos urbanos de 300.000 habitantes. La Albufera también cuenta con un problema de colmatación natural por los sedimentos de mas de 100 barrancos que vierten a ella. Estos problemas tienen solución. Y no los hemos provocado los usuarios del Vinalopó. De idéntica forma, los antitrasvasistas admiten que se vierten directamente al mar desde varias acequias de Sueca y Cullera una media de 70 hm3/año. ¿Por qué se admite ahora la existencia de esos sobrantes y no se han utilizado como caudal ambiental en el Bajo Júcar en el modelo matemático?
Estamos asistiendo en estos últimos días a un ataque frontal al consenso social y territorial alcanzado con la firma del Plan de Cuenca del Júcar en 1997. A partir de este consenso unánime, en 1999 se inicia la Transferencia Júcar-Vinalopó con la toma en Cortes de Pallás. Después de más de 6 años y hasta hace pocos meses ese trazado estaba plenamente aceptado y consensuado por los usuarios del Júcar y del Vinalopó. Han bastado unos meses de dura sequía, para que los antitrasvasistas sembraran la discordia entre los usuarios, con "mágicas cartas a los reyes magos". A mi personalmente me ofrecieron escribir una de estas cartas y convertirme en un traidor a mi tierra, a cambio de que no se hiciera el trasvase. Lo más grave de todo es que algún representante de la Fundación va prometiendo, a las gentes de buena voluntad, el cumplimiento de estas cartas.
¿Por qué los usuarios del Vinalopó queremos el trasvase desde Cortes de Pallás y no desde Cullera?. El trasvase que se ha ejecutado ya en más de un 50% es una obra que ha superado todos y cada uno de los rigurosos trámites dentro del Estado español y de la Unión Europea para la asignación de fondos estructurales. El proyecto en ejecución y no otro proyecto, cuenta con 80,12 millones de euros de la Unión Europea, y la financiación restante está garantizada con la aportación de la Administración (75 millones de euros) y de los Usuarios del Vinalopó-L'Alacantí y La Marina Baixa (75 millones de euros). Regantes y abastecimientos hemos suscrito un convenio de financiación para realizar la conexión Júcar-Vinalopó con toma en Cortes de Pallás. Un proyecto, que es viable en términos ambientales, técnicos y económicos. Nadie debería poner en duda esta afirmación de los técnicos de la Unión Europea.
Por otro lado, hay múltiples argumentos técnicos y ambientales que desaconsejan un cambio de toma. La propuesta que han elaborado los antitrasvasistas es una propuesta de trazado más cara, de mayor recorrido y con serios costes ambientales. El trazado del Azud de la Marquesa afecta directamente a dos Lugares de Interés Comunitario (LICs), como son el Marjal de Cullera y la Sierra de Corbera. Frente a los 250 metros de impulsión neta existentes desde Cortes de Pallás a Villena, si se cambia la toma a Cullera, la altura neta de impulsión superaría los 850 metros. Ningún regante sería capaz de pagar los costes de explotación de la toma propuesta por los antitrasvasistas. Con su propuesta se está poniendo la soga al cuello a los regantes del Vinalopó.
El agua de Cortes es apta para riego y también para abastecimiento. La de Cullera no. La toma de Cortes garantiza la recuperación de nuestros acuíferos. Cada metro cúbico del Júcar que se destine a riego y a abastecimiento, es metro cúbico que dejara de extraerse de nuestros acuíferos sobreexplotados. No cabe hacer demagogia sobre el destino del agua. Es recuperar nuestros acuíferos y no otro destino. El trazado en ejecución, aportará agua a unas 50.000 hectáreas de regadío y más de un millón de habitantes. En estos momentos, el trasvase Júcar-Vinalopó, con toma en Cortes de Pallás, es la infraestructura hidráulica más importante que se está ejecutando en el Estado Español.
Cambiar de trazado, supondría un sobrecoste cercano a los 400 millones de euros. Que nadie se llame a engaño, se perderían los Fondos Europeos. Habría que indemnizar a las empresas que dejarían de ejecutar tramos licitados, adjudicados y con obra y acopios ya certificados. En vez de tirar el dinero público en un cambio de toma injustificable, desde el Vinalopó apoyamos y reclamamos que se inviertan esos 400 millones de euros en ahorro de agua y regeneración ambiental de la Ribera del Júcar.
Andrés Martínez Espinosa es Presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, L'Alacantí y Consorcio de Aguas de la Marina Baja
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