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Reportaje:

'Papeles' amargos

Un colombiano irregular logra un subsidio tras quedar inválido en la obra

Habla sereno y sus palabras rezuman resignación. Manuel Cortés es un colombiano que quedó tetrapléjico hace un año y medio mientras trabajaba en una obra sin papeles junto a su hermano Óscar en la localidad de Chiva (Valencia). Era el 8 de noviembre de 2003. Fue el punto de inflexión. El principio de una lucha que ya ha tenido algunos frutos. Manuel ha obtenido desde entonces el permiso de residencia y la incapacidad permanente por "gran invalidez". El Juzgado de lo social número 14 de Valencia, por otra parte, condenó este mismo mes de mayo a la empresa para la que trabajaba a pagarle 30 euros al día desde que sufrió el accidente hasta que el Instituto Nacional de la Seguridad Social le reconoció la incapacidad permanente, lo que representa una cantidad de 11.340 euros. La sentencia es recurrible.

Manuel Cortés espera conseguir permiso para traer a sus tres hijas menores desde Colombia a Valencia

Manuel Cortés, que aún no ha cumplido los 33 años, ha trabajado en la construcción desde que tenía 12. Primero en su tierra natal, Jamundi Valle (cerca de Cali) y después en España, donde llegó a finales de mayo de 2000. Tras permanecer dos años en León, el joven colombiano se trasladó a Valencia, donde trabajaba su hermano. Con él estaba, en la obra de una vivienda unifamiliar en Chiva, el sábado de su accidente. Manuel y su hermano bajaban una puerta blindada de alrededor de 100 kilos de peso por una escalera, cuando el primero, que iba delante, resbaló y se golpeó la cabeza y la espalda con la puerta. Manuel quedó atrapado. El trabajador estaba consciente, aunque mareado y ya con dificultades. Manuel fue trasladado a su casa, y a la mañana siguiente, al hospital La Fe de Valencia. La gravedad de las múltiples lesiones que sufrió como consecuencia de este accidente laboral le llevó a permanecer ingresado en el hospital durante más de nueve meses. El accidente le ha dejado en una silla de ruedas.

Pocos días después de producirse el suceso, en cualquier caso, Óscar Cortés puso la situación de su hermano en conocimiento de la Federación de Construcción, Madera y Afines de CC OO-PV (Fecoma-CC OO.PV), que al poco empezó a reivindicar una solución para el joven trabajador colombiano. El primer balón de oxígeno en forma de resolución administrativa llegó en septiembre de 2004, cuando María Derly Caicedo, madre de tres de sus cuatro hijas y ahora su esposa, y que logró llegar desde su Colombia natal meses después del accidente, recibió el permiso de residencia y trabajo. Poco menos de un mes después, Manuel obtuvo el permiso de residencia por circunstancias excepcionales y en febrero de este año se le reconoció la incapacidad permanente en grado de "gran invalidez", lo que implica su derecho a recibir la correspondiente pensión.

Manuel Cortés vive en estos momentos junto a su esposa, su hermano y la mujer de éste en Mislata (Valencia). La presencia de María Derly ha sido fundamental en el estado anímico del joven colombiano, según reconoce. "Con la ayuda de mi mujer me he resignado un poco a lo que me ha pasado", comentaba ayer. Su gran meta, ahora, es traer a las tres hijas que tiene el matrimonio, una de nueve años y gemelas de seis, que siguen en Colombia. "Ya ni las conoceré", bromea, aunque explica que se comunica con ellas con cierta frecuencia por teléfono e Internet. Manuel recuerda que no las ve desde hace cuatro años y confía en tenerlas cerca pronto y poder "sacarlas adelante".

Abierta está aún la vía penal "para depurar las presuntas responsabilidades que se puedan derivar", explica Luis Poveda, secretario de Inmigración de Fecoma-CC OO.PV. El sindicalista, con todo, valora la "sensibilidad" del Gobierno actual en relación con el tema y subraya la "celeridad" en la concesión de los permisos, primero para María Derly, por supuesto para Manuel y en tercer lugar para Óscar. El sindicato trabaja junto a Manuel para lograr la reagrupación familiar.

María Derly Caicedo y su marido, Manuel Cortés, en Mislata.
María Derly Caicedo y su marido, Manuel Cortés, en Mislata.JESÚS CISCAR

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