La legislatura vasca arranca con el bloqueo en la elección del presidente del Parlamento

Las tres votaciones celebradas ayer en el Parlamento vasco para elegir a su presidente entre el candidato del PNV, Juan María Atutxa, y el del PSE, Miguel Buen, no bastaron para superar el bloqueo político con que arranca la legislatura. El portavoz peneuvista, Joseba Egibar, criticó con dureza "el veto impuesto" por PSE, PP y EHAK al ex consejero de Interior. "Mantendremos a Atutxa hasta que sea presidente", advirtió Egibar, y recordó a EHAK que su partido no vetó a Josu Ternera, posteriormente reincorporado a la dirección de ETA, para estar en la Comisión de Derechos Humanos.

Las espadas siguen en alto en el Parlamento vasco y nadie parece querer dar su brazo a torcer. El enroque del PNV, manteniendo su candidato contra viento y marea, se vio ayer acompañado con un discurso de especial dureza de su portavoz y presidente del partido en Guipúzcoa, Joseba Egibar, que denunció el "veto" a un diputado electo, algo "inédito en los parlamentos europeos". "Con el veto a Atutxa ha empezado un juego muy sucio", afirmó Egibar.

El dirigente peneuvista, visiblemente enfadado, echó la vista atrás para recordarles a las parlamentarias de EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas) que el PNV no puso ningún reparo a que en 1999 José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, se sentara en la Comisión de Derechos Humanos, un asunto que le valió al PNV una lluvia de duras críticas por parte de populares y socialistas.

La primera votación comenzó sobre las 12.25, después de que los 75 parlamentarios tomaran asiento en sus respectivas bancadas. En menos de una hora se produjeron las tres votaciones -cada parlamentario escribía en un papel el nombre de su candidato o lo dejaba en blanco-. En las tres ocasiones se optó sólo entre dos aspirantes ya que Ezker Batua (EB) decidió a última hora no presentar a Kontxi Bilbao.

Para entonces la formación que lidera Javier Madrazo había cerrado ya, según confirmó éste posteriormente, un acuerdo con PNV para tener un puesto en la próxima Mesa de la Cámara (en concreto, la secretaría segunda) en el caso de que finalmente se resuelva la votación que comenzó ayer y que seguirá hoy.

Por su parte, la Comisión Ejecutiva del PSE-EE, tras un debate matutino en el que se sopesaron los riesgos de mantener su candidato a toda costa, decidió poco antes del pleno de constitución del Parlamento de la octava legislatura presentar a su líder en Guipúzcoa, Miguel Buen, para competir con Atutxa por la presidencia de la Cámara.

Solventada esa duda, y tras ser llamados los 75 parlamentarios para que ocuparan su escaño, la única sorpresa en las tres votaciones que se celebraron ayer fue el voto en blanco que emitió la parlamentaria de Aralar. En la primera votación, Aintzane Ezenarro se sumó a los nueve votos en blanco emitidos en las tres votaciones por la formación que cuenta con el aval de Batasuna, EHAK. Buen obtuvo en primera instancia 33 votos (los 18 socialistas y los 15 del PP) por 32 Atutxa (los de PNV, EA y EB), pero se necesitaba mayoría absoluta. En la segunda votación (también para mayoría absoluta) y en la tercera (con mayoría simple) Atutxa y Buen empataron a 33 y EHAK se mantuvo en el voto en blanco.

La presidenta de la Mesa de Edad, María José Lafuente (PP) despidió la sesión minutos antes de la una. Pero no se sabe a ciencia cierta cómo continuará hoy. Según los propios servicios jurídicos de la Cámara, la resolución del vacío reglamentario para casos de empate "no es un problema jurídico, sino político". Es decir, salvo convocar un nuevo pleno (la sesión de hoy, a partir de las doce, es continuación del de ayer), la Mesa de Edad puede tomar decisiones para solventar ese vacío, siempre que se tomen por mayoría y con el respaldo de su presidenta.

Pero el acuerdo también es difícil, porque en la Mesa de Edad Lafuente tiene junto a ella a dos diputadas de EHAK (Ane Auzmendi y Aiora Mitxelena) y dos del PNV (José Antonio Rubalkaba y el propio Atutxa), por esa vía se podría desde reiniciar todo el proceso, y por lo tanto abrir la puerta al cambio de candidatos, o seguir simplemente con votaciones infinitas por mayoría simple, esperando una sorpresa o un acuerdo de última hora.

Proyecto de Reglamento

El problema suscitado no tendría razón de ser si los partidos vascos hubieran aprobado el proyecto de Reglamento en el que trabajaron a lo largo de 1997 y 1998, que fue rechazado por el pleno en vísperas de la ruptura del Gobierno de coalición entre el PNV y el PSE. En el artículo 27 los legisladores previeron esta situación de triple empate y lo resolvieron en el apartado cuarto: "Si en la tercera votación persistiera el empate se dirimirá en favor del candidato del partido o coalición electoral que hubiese obtenido un mayor número de votos en las elecciones". El PSE, dirigido entonces por Nicolás Redondo Terreros, que, también había pactado el nuevo Reglamento, exigió que los parlamentarios juraran la Constitución para tomar posesión del escaño. PNV, EA, IU y Batasuna se opusieron frontalmente. Era junio de 1998. En septiembre, estos cuatro partidos firmaron el Pacto de Lizarra.

Ante la situación creada, en la que un voto es crucial, el lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, suspendió el viaje que tenía previsto para este jueves y viernes a la ciudad polaca de Wroclaw, donde iba a realizar una corta intervención ante la Cumbre Europea de Regiones y Ciudades. De persistir esta situación, la investidura del lehendakari, prevista para mediados de junio, puede verse también retrasada.