Un informe apela a reforzar la atención en casa de las 250.000 personas que no pueden valerse por sí mismas
Uno de los principales puntos débiles de la atención a las 250.000 personas con dependencia que hay en la Comunidad Valenciana es prestar a las personas que no pueden valerse por sí mismas y a sus cuidadores la ayuda que necesitan en casa y en su entorno más próximo. Ésta es una de las conclusiones del comité de expertos al que la consejería de Bienestar Social encargó elaborar el estudio para la dependencia que se hizo público ayer.
El estudio señala que de los 250.000 dependientes, 170.000 son mayores de 65 años -el 32,7% de este segmento de población- y 77.600 menores de esta edad. Entre la población mayor dependiente, el 75% presenta problemas leves o moderados, y en la mitad de los casos, la causa se deriva de alteraciones motoras -reumatismos (43%), alteraciones óseas (13%) o trastornos de la motilidad (12%)-. Un 30% tiene alteraciones sensoriales y el 20% restante cognitivas. El perfil de estas personas es el de una mujer -viven más que los hombres-, mayor de 75 años, viuda, con estudios mínimos y bajos ingresos, según relató el coordinador del trabajo, José Miguel Laínez. jefe de servicio de neurología del hospital Clínico de Valencia, quien destacó la relación entre bajo nivel cultural -vinculado al nivel de vida- y dependencia. Laínez comentó que el envejecimiento de la población no conlleva un aumento proporcional de la tasa de dependencia, ya que la entrada en la dependencia se produce en edades más tardías.
Los expertos recomendaron potenciar las ayudas a los cuidadores, extender el sistema del bono y crear un organismo para la gestión del sistema de la dependencia.
Por su parte, la diputada socialista Nuria Espí destacó los resultados del estudio estatal sobre la atención a personas en situación de dependencia que sitúa a la Comunidad Valenciana por debajo de la media estatal en ayuda a domicilio, teleasistencia, centros de día y residencias para la tercera edad.
