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El cambio climático reducirá las lluvias y alargará las sequías en el Mediterráneo

Los impactos del cambio climático en Europa, el estado actual de las investigaciones y la necesidad de abordar cambios en el modelo energético para frenar el calentamiento global por la emisión de gases de efecto invernadero centraron ayer las intervenciones de los expertos reunidos en Valencia en un simposio internacional organizado por la Generalitat y el Alto Consejo Consultivo en Investigación y Desarrollo. El simposio sobre el cambio climático, a una semana de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, arrancó con la presentación de un estudio coordinado por el doctor Thomas Voigt para la Agencia Europea del Medio Ambiente que analiza los impactos del fenómeno a través de indicadores atmosféricos, la evolución de los glaciares, las temperaturas, precipitaciones, el sistema marino o la biodiversidad, entre otros. Voigt concluyó que "el cambio climático es un problema actual, no del futuro" para el que deben tomarse medidas que lo mitiguen y también estrategias de adaptación. El experto señaló, entre sus ejemplos, que en el sur de Europa las investigaciones prevén una reducción de las precipitaciones y un aumento de las lluvias tormentosas, y que los inviernos fríos en el continente casi desaparecerán hacia 2080 y serán más frecuentes los veranos calurosos. La proyección de estas tendencias, con elementos de incertidumbre, incidirá en la salud, la reserva de agua, la agricultura, la biodiversidad y también en la economía, con el aumento de eventos catastróficos, o en el turismo.

En línea con esta exposición, los expertos José Luis Rubio, premio Jaume I de Protección del Medio Ambiente, y Millán Millán, director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, que intervendrán hoy, afirmaron que la cuenca mediterránea será una de las zonas más afectadas y sufrirá "de manera más acusada las perturbaciones climáticas". Rubio explicó que el aumento de la temperatura de 1 a 5,5 grados en la zona mediterránea se traducirá en la reducción de precipitaciones y en acontecimientos climáticos extremos que "marcarán una tendencia a la aridificación". Un mayor impacto y duración de las sequías será otra de las consecuencias, indicó.

En la jornada de ayer, el investigador Joan Grimalt, del Instituto de Investigaciones Química y Ambientales de Barcelona, analizó el efecto del aumento de emisiones de dióxido de carbono y de la temperatura sobre la corriente del Golfo, mientras que el físico de la Universidad de Alcalá de Henares Antonio Ruiz de Elvira pidió que se invierta "seriamente" en energías alternativas y en investigación sobre el clima español. Mariano Marzo, geólogo de la Universidad de Barcelona, defendió una "nueva transición energética", y Cristóbal Burgos, asesor de la dirección general de Energía y Transporte de la UE, repasó las políticas europeas.

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