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Lección magistral de Federer

El número uno del mundo se proclama campeón con una paliza a Hewitt

El suizo Roger Federer, de 23 años, ratificó ayer por enésima vez por qué es el actual número uno del tenis mundial. Se proclamó campeón del Abierto de Estados Unidos al ganar en la final al australiano Lleyton Hewitt con una auténtica exhibición de juego y con un resultado que supone toda una paliza: 6-0, 7-6 (7-3) y 6-0.

Federer dictó en Nueva York una lección magistral en el partido con el que conquistó su primer título en el Abierto de Estados Unidos. Durante una hora y 51 minutos que duró el encuentro de esta final, el tenista suizo hizo gala de toda una extensa variedad de golpes, tanto de revés, como de derecha y voleas con una precisión imposible de superar por cualquier rival. En esta ocasión la víctima fue Hewitt, que en su palmarés ostenta el título de campeón de este torneo en 2001. La de anoche fue la cuarta derrota consecutiva que Hewitt recibe de Federer en la presente temporada.

Federer se encargó de que el partido no tuviese más historia que el abultado resultado de la derrota. Su juego apenas ofreció resquicios y llegó a descomponer a un tenista como Hewitt, capaz de dar lo mejor de sí mismo cuando peor se presentan las cosas. En esta ocasión se vio obligado a claudicar sin miramiento alguno e incluso a recibir dos "roscos".

A Hewitt todo se le empezó a venir abajo cuando comenzó el partido de forma desastrosa. Su habitual seguridad la despedazó Federer al romperle tres veces el servicio -en las tres oportunidades que tuvo- y recibir el primer parcial en contra por un duro y contundente 6-0.

En la segunda manga, Hewitt mostró más resistencia, pero fue todo un espejismo, pese a que el set se tuvo que decidir en el tie break. Con este revés, la tercera manga supuso la rendición incondicional del tenista australiano. Hewitt asistió sin mostrar oposición alguna a la lección de juego del número uno actual del tenis mundial. Federer volvió a endosar un 6-0 a su rival, con el que certificaba su coronación en las pistas de Flushing Meadows. El jugador suizo borraba así de su mapa un torneo que hasta ayer fue maldito para él. En las ediciones anteriores en que participó nunca había pasado de octavos de final. Ahora, al "todoterreno" de Basilea sólo le queda por conquistar la tierra batida de Roland Garros.

El triunfo de Federer le convierte en un hito en la historia del tenis mundial. Es el primer jugador que logra ganar las primeras cuatro finales consecutivas que ha disputado de Grand Slam. El primer título de Grand Slam que ganó fue el de Wimbledon, en 2003, y este año lleva en su palmarés los trofeos del Abierto de Australia, de Wimbledon y el de anoche de Estados Unidos.

Este último triunfo, además, también convierte al tenista suizo en el primer jugador profesional que gana tres títulos de Grand Slam en el mismo año desde que lo consiguió el sueco Matt Wilander en 1998. Se ha unido, además, al estadounidense Andre Agassi para ser los dos únicos jugadores en activo que han conseguido tres diferentes torneos de Grand Slam en la era Open.

Federer, que ha ganado las últimas 12 finales que ha disputado en los distintos torneos, no ha perdido desde que lo hizo en Gstaad, en 2003, una semana antes de lograr su primer Wimbledon.

Hewitt se dirige a felicitar a Federer, caído de espaldas sobre la pista, al finalizar su partido.
Hewitt se dirige a felicitar a Federer, caído de espaldas sobre la pista, al finalizar su partido.REUTERS

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