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Tres ediles del PSPV de Los Montesinos dan marcha atrás y no presentan la moción de censura con el PP

El Partido Socialista de Los Montesinos (Vega Baja) deberá gobernar en minoría lo que resta de legislatura. La anunciada marcha de tres de sus seis concejales el pasado viernes hizo saltar la voz de alarma en un ayuntamiento que vive su primera crisis política desde que el municipio obtuviese la autonomía hace más de una década. El PSPV pierde así la cómoda mayoría absoluta de la que ha disfrutado siempre en esta localidad alicantina y se enfrenta a tres años de gestión en los que tendrá que negociar sus acuerdos con las restantes formaciones, el PP (con cuatro concejales), la Liga Unitaria de los Trabajadores, con un solo representante, y los tres ediles que han abandonado sus filas.

Las conversaciones en los últimos días han sido frenéticas. De hecho, los tres concejales del PSPV iniciaron una ronda de contactos con el PP para fraguar una moción de censura que arrebatase la alcaldía al alcalde socialista, José Manuel Butrón. El texto estaba ayer prácticamente elaborado y sólo faltaba ultimar algunos detalles del pacto antes de estampar las rúbricas. Sin embargo, cuando la moción de censura ya se asumía como un hecho inminente los tres ex concejales del PSPV, Manuel Andreu, Francisco Paredes Quesada y Dolores Sánchez, daban marcha atrás y ayer anunciaban en un comunicado que se retractaban de la postura que habían defendido y que renunciaban, en consecuencia, a respaldar la moción contra el primer edil. Según Francisco Paredes Quesada, ex primer teniente de alcalde y uno de los implicados directos en la crisis, el factor determinante de este cambio de actitud ha sido el compromiso adquirido con la ejecutiva del PSPV. "No queremos quedar como traidores ni dar la impresión de que nos movemos por intereses espúreos. Lo que ha ocurrido es que ha cundido el desencanto a medida que el alcalde nos privaba de nuestras competencias hasta el extremo de pactar con los otros partidos para quitarnos de en medio", explica.

La renuncia al acuerdo con el PP se cerraba a última hora del martes. Esa misma noche el equipo de gobierno convocó una manifestación para reprobar la actuación de los tres tránsfugas que desconvocó quince minutos después cuando era seguro que no iba a fructificar.

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