¡No nos ofenda, por favor!
No pude evitar este comentario al leer el pasado martes la sección de deportes de EL PAÍS. Baraja auguraba en una entrevista que "se van a cargar el fútbol" obligándoles a jugar cada vez más partidos y a entrenar sin descanso (aunque, según se matizaba en la entrevista, había tenido que dejar un entrenamiento por cansancio).
Por favor Sr. Baraja, deje de ofender a tantos y tantos deportistas que con dotaciones económicas mínimas dedican su vida al atletismo, la gimnasia rítmica, el judo...; aunque si el Sr. Baraja ha seguido los Juegos Olímpicos habrá comprobado cuántos atletas, deportistas anónimos, entrenan sin descanso todos los días; cuántos atletas compaginan vida deportiva con otros empleos para cubrir sus necesidades básicas ya que el deporte en sus casos no les garantiza una economía digna.
¿Y usted nos cuenta que jugar 9 (¡nueve!) partidos en 21 días le parece excesivo? ¿Qué le podemos decir entonces a los atletas que entrenan hasta ocho horas diarias?
Y si dejamos aparte el deporte, ¿Qué habría que decirle a un trabajador medio de España, que trabaja sin descanso y que, en el caso de ser mujer (según las estadísticas) deberá duplicar su jornada para poder atender las labores del hogar? No quiero entrar en asuntos económicos, pero me parece que con sus sueldos, primas (por ganar partidos; es decir por trabajo bien hecho), y demás ingresos, bien pueden sus directivos, sus jefes, exigirles dedicación absoluta, como a la mayoría de los mortales.
Por favor Sr. Baraja y cuantos puedan pensar como usted ¡No ofenda a los ciudadanos!, que nos dejamos el aliento a diario cuando nos suena el despertador por las mañanas.
