Pla revalida la secretaría general con un 82% de los votos, frente al 98% que logró su gestión

El secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, salió ayer reelegido por otros cuatro años más con un 82% de los votos, un 16% menos que los cosechados el día anterior por el informe de gestión que presentó al plenario del X Congreso. Pla aguantó el tirón y evitó desvelar el esquema de su futura ejecutiva hasta después de su reelección. La abstención o voto de castigo se situó, según fuentes del partido, en las filas del ciscarismo y en el entorno del vicesecretario general del PSPV, José Luis Ábalos. El resto estaba diseminado. El dirigente recién electo estuvo arropado por los dirigentes federales valencianos Jordi Sevilla y Leire Pajín. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, llegó después.

Pla evitó desvelar el esquema de su futura ejecutiva hasta después de su reelección

Nunca antes había obtenido tanto refrendo un secretario general "sin gobernar"

Pla, visiblemente contento, subió unos minutos al escenario y con los brazos juntos y en alto celebró con los delegados el resultado de la votación. No hubo discurso, Pla se reservó para una intervención que cerrará hoy el congreso y que tendrá un claro tono reivindicativo. De los 463 delegados que ejercieron su derecho al voto, 391 renovaron su confianza en el secretario general (82%), y 82 compromisarios se abstuvieron (17,7%). En 24 horas, el dirigente socialista perdió apoyos (16 puntos menos) con respecto al informe de gestión que salió adelante el viernes con el respaldo del 98% de los delegados y las únicas abstenciones del ciscarismo -no todos votaron en blanco, hubo parte que apoyó el informe de gestión, según fuentes del partido-. La tozudez con que Joan Ignasi Pla se reservó la composición de la que será la futura Ejecutiva del partido para evitar imposiciones internas podría explicar el aumento de la abstención, pero no exclusivamente, ya que otras fuentes del partido, advertían que tanto el ciscarismo como el círculo de Ábalos conocían con antelación que el secretario general no contaba con ellos. Por lo que a las abstenciones de estas dos sensibilidades orgánicas otras fuentes del partído añadían las de otros grupos que sí intentarían con la abstención ejercer una cierta presión sobre Pla.

Pla aguantó el envite de un cónclave en el que la única dificultad estribaba precisamente en el diseño de una dirección compuesta por unos 30 o 31 miembros. El líder de los socialistas valencianos ya pidió el día anterior a los delegados su confianza para confeccionar una dirección propia que combinase experiencia y renovación, una idea que reforzaron también el viernes muchos dirigentes comarcales cuando le exigieron osadía a la hora de conformar el equipo que debe conducir al PSPV a recuperar en 2007 no sólo el Gobierno de la Generalitat sino también muchos ayuntamientos. En cualquier caso, personas del círculo de Pla se mostraban satisfechas porque se había rebasado en un 2% la previsión de voto más pesimista. Estos mismos remarcaban que nunca antes ningún secretario general del PSPV había obtenido tanto refrendo y "sin gobernar" y en los respaldos ganados por el actual secretario general del partido desde el congreso del 2000. Si entonces la renovación y el lermismo dieron a Pla un apoyo algo superior el 50% -sólo 10 votos de diferencia con el otro candidato a la secretaría general, José Luis Ábalos-, el dirigente socialista ha añadido en estos cuatro años cerca de un 30% del partido.

Una hora antes de la votación el nerviosismo en algunos sectores del partido era palpable. El diseño de las papeletas -sin sobre y con dos opciones: papeleta en blanco o favorable a Pla- disgustó a algunos delegados. Media hora antes de conocerse el resultado, se comentaban en los pasillos las 82 abstenciones que fuentes del partido localizaron en el entorno del ciscarismo y entre los seguidores del todavía vicesecretario general de la federación valenciana, José Luis Ábalos, que disputó a Pla la secretaría general en el congreso de Alicante de 2000 y que después se integró en la ejecutiva que hoy será renovada por otros cuatro años. Curioso, en este contexto, fue como algún delegado observador subrayó que el ex secretario de Organización Ciprià Ciscar había respaldado la candidatura de Pla.

Ayer, a diferencia del día anterior, donde se produjo un vacío federal -por unas cosas u otras sólo acudió a la apertura del cónclave la secretaria federal de Economía-, llegaron al congreso la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que, como dirigente valenciano, quiso estar en su congreso. En el vestíbulo del polideportivo del campus de la Universitat Jaume I en Castellón se saludaron Sevilla, Pajín y Pla. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, llegó pasadas las siete y media de la tarde, pero no se dejó ver por el congreso, que hoy clausurará y en el que además de Sevilla y Pajín también está anunciada la presencia del vicepresidente segundo del Gobierno, el alicantino Pedro Solbes. Desde primera hora del sábado se daba por absolutamente descartada la presencia del secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.