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Reportaje:

El Barça se sume en el desconcierto

La goleada en Santander evidencia la inconsistencia y las dudas del proyecto de Laporta y Rijkaard

¿Qué hacer con el segundo peor Barça de la historia en la jornada 18? ¿Cómo revertir el rumbo de un equipo que se hunde en el 12º puesto de la tabla, que ha encajado más goles de los que ha anotado (23 por 25), que sólo ha logrado sumar cinco de los últimos 21 puntos en juego y que en Santander (3-0) repitió el descalabro de Málaga (5-1)? La desorientación se apodera del club en la misma medida que del equipo, al que su entrenador Frank Rijkaard ha dado todas las vueltas posibles.

No ha habido partido en el que el entrenador no haya cambiado de alineación: con Iniesta son ya 24 los jugadores que ha utilizado como titulares, siete más que el Real Madrid. Uno de los últimos cambios, el de portero, con la entrada de Rüstü por Víctor Valdés -titular en 15 partidos de Liga-, ha resultado tan contraproducente que el meta turco ha cometido dos errores de bulto que le han costado al equipo encajar goles decisivos ante el Celta y el Racing.

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Resulta todavía más preocupante que Rijkaard también haya variado de sistema táctico de forma constante, un día con un medio centro, otro con dos pivotes y otro con tres centrocampistas; un día con dos extremos, otro con un punta, un mediapunta y dos interiores abiertos. El entrenador holandés, además, ha utilizado a muchos de sus jugadores en muy diferentes posiciones, caso de Márquez (central y medio centro defensivo), Puyol y Reiziger (lateral y central), Cocu (centrocampista y central) o Gabri (lateral e interior). La noria no para y sobre varias de las decisiones técnicas ha planeado la duda de quién las ha adoptado. En ese sentido no se ha dilucidado de manera fehaciente la jerarquía de los papeles que desempeñan el vicepresidente deportivo, Sandro Rosell, el secretario técnico, Begiristain, y el propio Rijkaard.

La elección de Laporta como presidente cambió en redondo la política seguida durante los últimos años de nuñismo y la traumática etapa de Joan Gaspart, con el interregno final de Enric Reyna. Pero seis meses después, la situación deportiva empieza a poner en jaque la credibilidad de la directiva. Se agota la bula otorgada implícitamente por gran parte de la afición y de la crítica. Los próximos resultados, el jueves en la Copa ante el Levante y el domingo en el partido de Liga ante el Zaragoza en el Camp Nou, pueden resultar determinantes.

Las comparaciones empiezan a ser odiosas. El equipo de Rijkaard suma sólo un punto más que el que la pasada temporada iba a provocar en la última jornada de la primera vuelta la destitución de Van Gaal. A continuación, Radomir Antic estuvo 18 jornadas al frente del equipo, al que llevó del 15º lugar que ocupaba tras perder por 3-0 en el campo del Atlético, con De la Cruz como interino en el banquillo, al sexto puesto. Antic sumó en 18 partidos de Liga 33 puntos, nueve más de los que suma Rijkaard en el mismo número de jornadas.

La directiva de Laporta intenta desdramatizar la situación. Alega dificultades presupuestarias para reconstruir la plantilla que heredó -la deuda es de 180 millones de euros- y reitera que el objetivo trazado para esta temporada es la clasificación para disputar la próxima Liga de Campeones, algo para lo que, aseguran, hay plantilla. Aduce que, a pesar de que el equipo es 12º, se encuentra "sólo" a cuatro puntos de esa codiciada cuarta plaza. "Pedimos confianza y comprensión desde el convencimiento de que el club volverá a la primera línea mundial", afirmó ayer Laporta. El presidente ratificó su confianza tanto en el entrenador -"muy sereno, motivado y que sabe trabajar a fondo", dijo- como en Begiristain. Se refirió a las carencias de una plantilla que no se adjudica un título desde que conquistó la Liga en 1999. "Debemos lograr una mentalidad ganadora que no tenemos", afirmó Laporta. "Se trata de eso más que de motivación".

"La situación es complicada", constató ayer Luis Enrique. "Es posible que alguien pueda plantearse medidas drásticas, pero esta es la plantilla que hay y la que tiene que acabar la temporada".

Según el capitán del Barcelona, la crisis proviene de un cúmulo de decisiones. "Se han cambiado jugadores durante la temporada y los resultados no llegan. Esa es la realidad, dificíl y desagradable de vivir. ¿Cómo se cambia la situación? No hay fórmulas mágicas. Sólo sé que los objetivos, la Copa, la Copa de la UEFA y entrar de nuevo en la Champions, están en nuestras manos".

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