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Declara el primer testigo del 'caso Holgado' que no se retracta y señala a dos de los acusados del crimen

Rafael Martín, alias El Tapia, protagonizó ayer la sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Cádiz por el asesinato del joven de 26 años Juan Holgado, muerto a puñaladas el 22 de noviembre de 1995 en la gasolinera de Jerez donde trabajaba. El testigo, un toxicómano que ayudó a Francisco Holgado, conocido como Padre Coraje, a introducirse en los bajos fondos de la ciudad cuando buscaba pruebas sobre el asesinato de su hijo, declaró ayer que la noche de autos vio a dos de los cuatro acusados, Domingo Gómez y Francisco Escalante, en casa de Juan de Dios Rincón, donde, según la investigación, se planeó el atraco a la gasolinera.

El Tapia añadió que, horas después del crimen, vio a los dos procesados en el mismo lugar gastando en drogas unas 70.000 pesetas, la cantidad que desapareció de la caja de la gasolinera. El testigo también dijo haber visto "cuatro o cinco botellas de whisky, tabaco y frutos secos", lo que coincide con parte del botín del atraco.

Rafael Martín comentó que Rincón y Yolanda Castro, otra testigo, le confesaron que un tercer imputado, Pedro Asencio, llegó aquella madrugada con una herida en el pecho que le fue curada allí mismo. "Juan de Dios también me dijo que en su casa se habló del atraco (....) y que Domingo, Escalante y Asencio estaban implicados en el crimen", afirmó.

El testigo, el primero que no se retracta, reclamó al tribunal protección tras su testimonio en el estrado. El Tapia aseguró estar preso en Jaén tras haber recibido amenazas en la cárcel Puerto 2.

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