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Aznar dice en Brasil que con el populismo no se logra desarrollo

Lula promete esfuerzos para que inviertan en el país más empresarios españoles

Sólo la ortodoxia liberal garantiza el crecimiento y la salida de un subdesarrollo que no se supera a base de populismo. Es el mensaje central que el presidente del Gobierno lanzó en Brasilia, al iniciar una visita oficial que comenzó con retraso. El presidente brasileño, Luis Inàzio Lula da Silva, hizo esperar a José María Aznar una hora antes de recibirle en el Ministerio de Exteriores.

En las declaraciones que los dos líderes hicieron luego, Lula reafirmó su compromiso pragmático con la disciplina financiera y la liberalización de la economía. "El Gobierno brasileño va a hacer todo lo necesario para que más empresas españolas operen en Brasil", dijo Lula.

Su discurso general dista mucho, sin embargo, del de Aznar, que hizo una defensa a ultranza de credo neoliberal, presentado como "los valores que inspiran las economías más desarrolladas", y como "la única forma de asegurar el crecimiento". "Sin el compromiso con las políticas económicas correctas, no podremos luchar contra la pobreza ni garantizar sociedades más justas", añadió, consciente del compromiso de Lula con esos objetivos.

La "vuelta a la autarquía, la sustitución de importaciones, la nacionalización de la industria, el gasto sin control de los Gobiernos, la libertad de imprimir moneda para cubrir los errores de los gobernantes son políticas del pasado demostradamente erróneas", según Aznar, que destacó: "Los pobres de América Latina no necesitan ideologías, sino acceso a la propiedad privada, oportunidades y posibilidades de prosperidad".

"América Latina se enfrenta a los problemas graves de muchas economías en desarrollo: insuficiencia de capital, vulnerabilidad económica exterior y pobreza. Estos problemas no se superan con proclamas populistas", dijo también. Aznar recibió ayer a Jorge Bornhusen, líder del Partido del Frente Liberal y el más firme opositor al Gobierno que dirigen Lula y el Partido de los Trabajadores.

El presidente del Gobierno español, que pronunció un discurso ante un foro Mercosur-Unión Europea al que acudió junto a Lula por la tarde, quiso alejar cualquier impresión de que amonestaba a su anfitrión. "Nadie propondría hoy en América Latina el abandono de la democracia y la vuelta al populismo. Estoy de acuerdo con el presidente Lula en que el populismo no es la solución a los problemas de este continente".

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Destacó, por otro lado, que el compromiso de Brasil con la democracia y las reformas es firme, y que ello ha hecho que el país soporte la crisis internacional mejor que otros. "Algunos acusan a la economía de mercado como culpable de la crisis. Permítanme expresarles mi más profundo desacuerdo", dijo.

Por el contrario, las políticas liberales han supuesto, según Aznar, "resultados positivos", para toda América Latina, como la reducción de la inflación desde el 500% de 1990 hasta un solo dígito y un crecimiento anual del 3,4% del PIB en los noventa, frente al 1,2% de los años ochenta.

Aznar quiso alejar también cualquier sospecha de que haya interpretado el reciente consenso de Buenos Aires, entre Lula y el presidente argentino, Néstor Kirchner, como planteamiento alternativo al llamado "consenso de Washington" que sirvió para difundir a través del Fondo Monetario Internacional la políticas neoliberales en América Latina en los años noventa. Y felicitó incluso por su declaración conjunta a los dos líderes citados.

No obstante, insistió en que economías en transición, como la argentina y sobre todo la brasileña, deben extremar "la prudencia fiscal, la transparencia de sus sistemas legales y regulatorios y la estricta aplicación del Estado de derecho", además de reformar sus sistemas tributarios y de seguridad social. En este punto, Aznar recogía las preocupaciones de los empresarios españoles, que han invertido en Brasil 25.500 millones de dólares.

"Los empresarios españoles están abiertos a la renegociación de contratos, entienden que la situación es difícil y requiere reformas, pero hay que ir con cuidado en los plazos y garantizar que el marco legal y regulatorio de las actividades de las empresas se mantenga siempre claro", manifestó José García Morales, responsable de relaciones exteriores de la patronal española, CEOE, al hacer un resumen de lo tratado en el encuentro.

El jefe del Ejecutivo español, José María Aznar, junto al presidente brasileño, Luis Inàzio Lula da Silva.
El jefe del Ejecutivo español, José María Aznar, junto al presidente brasileño, Luis Inàzio Lula da Silva.EFE

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