Vigilar al vigilante
El espionaje sólo va un paso delante del contraespionaje. Aritz Beraza recomienda los programas Snort y Tripwire.
El contraespionaje abunda también en el mundo Windows, con nombres como Spy Sweeper, PestPatrol, SpyCop, Ad-aware, The Cleaner, SpywareBlaster y Anti-keylogger. Explica Flynn Kobe: "Detectan muchos bichitos, pero no a todos. Si un jefe espía a un empleado, no hay ninguna defensa, a no ser que el espiado sea experto. Los anonimizadores de la navegación no sirven para nada si te espían en la oficina. El único webmail inmune es Hushmail, que cifra todas las comunicaciones". Añade Celso González: "Sólo el cifrado es capaz de evitar que sepan lo que estás haciendo".
Juan Luis Podadera, autor de SpyHunter, dice: "La monitorización en el trabajo es algo duro de combatir, ya que el ordenador es del empresario y no del usuario, que tiene limitados los programas que puede ejecutar o modificar. Peor si la monitorización se hace desde un servidor proxy. Salvo cifrar la comunicación, no hay muchas alternativas. Además, los antivirus detectan una cantidad limitada de espías y sólo los que se encuentran gratuitamente por Internet. Nunca he visto que detecten un programa comercial".
Aunque la mayoría de los espías se delatan por la huella que dejan en el registro de Windows para arrancar automáticamente, Podadera niega que siempre sea así: "Los hay que no arrancan desde el registro, como Invisible Keylogger Stealth. Otros sólo arrancan cuando lo hace el navegador Explorer".
De todas formas, los de Wintermute dicen que "no hay nada indetectable al 100%, siempre va a existir un autómata capaz de descubrirlo".
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