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Reportaje:

Un peligroso baño de campamento

La pérdida de agua de un embalse en el Pirineo aragonés desborda un río en el que se bañaban 18 niños de una colonia

Oriol Güell

Lo que era un apacible día de campamento estuvo a punto de convertirse en una tragedia. Una crecida imprevista del río Ésera, en el Pirineo de Huesca, provocada por la suelta de agua de un embalse, afectó el jueves a un campamento de niños de siete y ocho años de un colegio de Madrid. Al menos 18 chavales se vieron sorprendidos por el aumento del caudal, aunque ninguno resultó herido porque los monitores lograron sacarles del agua. Dos monitores fueron atendidos por traumatismos.

El campamento de niños del Colegio Amorós, del barrio de Carabanchel, llegó a Castejón de Sos (12 kilómetros al sur de Benasque) el sábado de la semana pasada para pasar 10 días. Los pequeños duermen en tiendas y durante todo el día realizan actividades al aire libre.

Los monitores ignoraron los carteles que alertan del peligro del baño

Una de estas actividades incluye baños y juegos en el río Ésera. El lugar donde el jueves se estaba bañando el grupo está situado aguas abajo del cercano embalse de Villanova. Esta presa es utilizada por Endesa para producir energía eléctrica. Los padres de algunos chavales denunciaron que el jueves, cuando todo el grupo se estaba bañando, la presa soltó agua y la crecida del río sorprendió a los niños. "Había una niña flotando sobre una colchoneta que casi se va aguas abajo", asegura uno de los padres. "No sabemos a quién se le ocurrió soltar agua del embalse, pero se puso en peligro la vida de los niños", añadió.

Lo sucedido, sin embargo, quedó sólo en un susto, gracias a que los monitores lograron sacar a todos los niños del cauce del río. Un portavoz de Endesa Generación en Aragón admitió que "una parada imprevista en la central del embalse de Villanova" causó la crecida. Según este portavoz, un fallo en la línea de evacuación de la electricidad hizo que el agua dejara de pasar por las turbinas y fuera arrojada directamente al cauce del río.

"No es algo que pase cada día, pero tampoco excepcional. Por eso tenemos colocados en todo el río decenas de carteles alertando del peligro de baño por cambios bruscos e imprevistos del cauce", explicó. "Avisamos a Protección Civil siempre que tenemos programada una suelta de agua, pero cuando se produce un fallo no podemos hacerlo", añadió.

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María Pellicer, alcaldesa de Castejón de Sos, del PSOE, mostró ayer su "inquietud" por lo que pueda suceder en los cauces del río: "Cada año hay campamentos junto a un cauce que puede aumentar de repente sin que dé tiempo de avisar". Pellicer admitió que Endesa Generación "cumple escrupulosamente la ley". "Pero no nos gusta lo que está ocurriendo. Tendría que ser posible compatibilizar la producción de electricidad con la seguridad de los campamentos que vienen a disfrutar de la naturaleza. Y no estoy segura de que actualmente se esté logrando", manifestó.

Los organizadores de un campamento de verano, según la alcaldesa, deben pedir dos permisos, uno al propietario del terreno y otro a la comunidad. "Los ayuntamientos, lamentablemente, no podemos hacer nada", se quejó la alcaldesa. Fuentes de la Guardia Civil de la zona atribuyeron el incidente a "una imprudencia de los monitores".

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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