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Reportaje:PAISAJES ELECTORALES | ELECCIONES 25M | Secuelas del 'Prestige'

La 'zona cero' del 25-M

El PP se vuelca en conservar Muxía, símbolo del chapapote, para cerrar electoralmente el episodio del 'Prestige'

Xosé Hermida

El mejor día de la campaña, el domingo anterior a las votaciones, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, acudirá a un pueblo de 6.200 habitantes y menos de dos millones de euros de presupuesto municipal. También algunas televisiones se han adelantado a pedir espacio para transmitir desde allí la noche electoral. "Quieren convertirlo en un símbolo", dice el líder socialista del pueblo, Félix Porto. Muxía (A Coruña) vuelve a ser zona cero para la ocasión electoral. El PP, al que las encuestas predicen un descalabro en las ciudades gallegas, está dispuesto a sudar la camiseta para conservar la alcaldía del pueblo que encarnó el drama del chapapote y proclamar así que el Prestige no acudió a las urnas.

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"Si el petrolero influye en algo, será para bien", afirma muy convencido Alberto Blanco, alcalde de Muxía. No hubo en toda la crisis del Prestige otro político local del PP que pusiera tanto empeño como Blanco en defender la actuación del Gobierno. Frente a la tibieza e incluso las críticas veladas de otros compañeros de partido, el alcalde de Muxía cerró filas desde el primer día, quitó hierro a la situación y hasta se enfrentó a los voluntarios.

"Las cosas se hicieron bien y la gente lo sabe", sigue insistiendo Blanco. "La catástrofe podía haberle ocurrido a cualquier otro Gobierno. Y éste ayudó a la gente desde el primer día, mientras otros quisieron aprovecharlo poniéndose detrás de una pancarta".

Como toda la Costa da Morte, Muxía no era una plaza especialmente fiel al PP. Pero hace ocho años, Blanco hizo una jugada maestra. Captó a un concejal elegido en las listas del PSOE y se aseguró la alcaldía. En las siguientes elecciones ya logró la mayoría absoluta, con siete concejales frente a cinco socialistas y uno del BNG. 236 votos dieron a los populares la mayoría.El socialista Porto tratará de arrebatársela, para conseguir la alcaldía con apoyo del BNG. "Es una incógnita, porque la gente está muy callada sobre su voto", advierte un vecino que conoce bien la política local.

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Las calles, sin apenas carteles, no denotan tiempos de campaña, pero algunos dicen que hay una tensión soterrada. El desembarco del PP lo inicia el próximo lunes el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que acudirá al pueblo para anunciar la construcción de una piscifactoría de la empresa Pescanova. El PSOE local, sin embargo, prefiere apañárselas solo y ni siquiera está prevista la presencia del líder gallego, Emilio Pérez Touriño. "El PP está utilizando métodos de una enorme bajeza", asegura el candidato socialista. "Andan coaccionando a la gente puerta a puerta. A algunos empleados municipales les piden que voten por correo para controlarlos. Dicen a todo el mundo que si pierde el PP, se quedarán sin ayudas".

Los subsidios del Gobierno a los marineros y los puestos de trabajo creados por las tareas de limpieza del chapapote son la gran baza del PP en toda la Costa da Morte, un desierto industrial. "Es un hecho que alguna gente ha cobrado más que yendo al mar", señala Alberto Blanco. Y nadie duda de que eso influirá en el voto.

"Desgraciadamente, muchos se conforman con las limosnas. Y para ser libre hay que asumir un precio que no todos están dispuestos a pagar", declara Rafael Mouzo, del BNG, el alcalde más veterano de la zona. Gobierna Corcubión desde las primeras elecciones democráticas y en las últimas logró siete de los nueve concejales. Mouzo reconoce que el PP ha recuperado terreno en las últimas semanas conforme ha ido mejorando la situación en la costa.

Pero está convencido de que los votantes lo castigarán dejándolo sin mayoría en las tres localidades de la zona que gobierna, Muxía, Fisterra y Cee. El alcalde de Corcubión no tiene reparo en reconocer que el PSOE, con mayor implantación, se beneficiará más que su propio partido. "El Prestige fue una vejación a los gallegos. Si después de esto vuelve a ganar el PP, yo me desapunto", bromea Mouzo.

Pintadas contra los políticos en Muxía, centro de la contaminación por el fuel del <i>Prestige.</i>
Pintadas contra los políticos en Muxía, centro de la contaminación por el fuel del Prestige.LALO R. VILLAR

El mar no decide

El Partido Popular no lo tiene fácil entre la gente del mar en Muxía. Desde que se inició la crisis del Prestige, el petrolero hundido en noviembre, la cofradía de pescadores ha actuado como un contrapoder municipal y se ha encargado de coordinar a los voluntarios que el Ayuntamiento recibía con recelo. Las prisas del Gobierno por forzar el retorno de los marineros a las faenas también pueden restarle apoyo al PP entre los armadores, un sector tradicionalmente afín. Pero lo curioso es que el mar no decide las elecciones en Muxía. De los 4.800 votantes, unos 3.000 viven en zonas rurales, desperdigados en más de 140 núcleos de población, una estructura demográfica muy típica en Galicia. Quizá por eso un pueblo cuya patrona es la Virgen de la Barca nunca ha tenido un alcalde vinculado al mar. El actual regidor procede del ámbito rural y el candidato del PSOE es un conocido sindicalista agrario. Una ventaja para Porto, que compite con una lista independiente encabezada por un ex alcalde socialista.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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