Elizabeth vuelve a casa
Liberada sana y salva una niña de EE UU tras nueves meses de secuestro
Elizabeth Smart, trenzas rubias, carita regordeta, piel de porcelana y 15 años, estaba ayer de vuelta en casa en Salt Lake City (EEUU), tocando el arpa y viendo vídeos, al final de una extraordinaria peripecia que empezó con su secuestro a punta de cuchillo en su dormitorio hace nueve meses y concluyó con la identificación de su captor por dos mujeres a 25 kilómetros de donde fue raptada. Dada por muerta por muchos, su inesperada aparición en buen estado físico y aparente buen ánimo es un milagro para su familia, fervorosos mormones. Para un país expectante, el misterio está en saber cómo es que la adolescente no escapó de la pareja con la que ha pasado todo este tiempo.
El secuestro de Elizabeth conmocionó el pasado verano a Estados Unidos, sacudido por una racha de raptos de niños, tres de los cuales acabaron en asesinato. Ed Smart, un acomodado constructor de Salt Lake City, mantuvo al país en vilo durante semanas con dos conferencias de prensa diarias implorando ayuda, muchas veces con lágrimas, para recuperar a su hija. Al cabo de varios meses de silencio y tras la muerte en prisión del principal sospechoso del secuestro, una comentarista de televisión dio a Elizabeth por perdida para siempre.
La niña fue secuestrada el 5 de junio por un hombre que entró de madrugada en la habitación que Elizabeth compartía con una hermana menor, Mary Katherine. Mary se hizo la dormida y en la oscuridad apenas pudo ver al intruso, a quien escuchó amenazar a su hermana si hacía algún ruido. Las pesquisas policiales, muy criticadas por la familia, no dieron resultado, más allá de detener a un sospechoso que siempre negó su participación en el secuestro. Por fin, el pasado mes, la policía hizo público un retrato robot elaborado a partir de la información proporcionada por Mary Katherine, que le describía como el hombre que en noviembre del 2001 anduvo unas horas por casa. La madre, Lois, se lo había encontrado por la calle pidiendo, le dio cinco dólares y le invitó a quitar las hojas del tejado a cambio de algunos dólares más
La aparición del retrato en un programa de televisión America's Most Wanted fue decisiva. Los hijos de su mujer vieron la imagen, reconocieron a su padrastro y dieron la identificación real de quien se hacía llamar Emmanuel. Es Brian David Mitchell, de 49 años, que se tenía por profeta, predicaba a favor de los vagabundos y vestía unas veces como Moisés y otras como Jesucristo. Dos mujeres se lo encontraron casi simultáneamente el miércoles en Sandy, una localidad al sur de Salt Lake City, lo reconocieron y llamaron a la policía. Mitchell fue detenido junto a su mujer, Wanda Barzee, cuando ambos flanqueaban a una tercera persona cubierta con un velo, con gafas y tocada con una peluca, como sus acompañantes, que parecía una anciana. Elizabeth, cuyo retrato estaba en todas las calles de Utah, era irreconocible.
Ed Smart fue convocado a la comisaría, sin decirle que allí estaba su hija, que había tardado en identificarse a los agentes. "¿Eres tú de verdad?", le preguntó el padre, que la encontró muy cambiada, "hecha una mujercita", dijo ayer. "Si", respondió la niña. Se abrazaron y lloraron.
El padre respondió con evasivas a las preguntas que ayer se le hicieron en nueva y emotiva conferencia de prensa sobre si Elizabeth había intentado escapar en algún momento de estos nueve meses, en los que viajó por lo menos una vez a California, o si fue sometida a un lavado de cerebro. "No sé qué infierno ha pasado, pero estoy muy feliz de tenerla con nosotros", respondió. Un portavoz familiar declaró: "Ella nos ha dicho que era imposible, que siempre tenía dos personas al lado". En Salt Lake City llegaron a vivir en el sótano de una casa cuyo propietario preguntó a Mitchell por la niña. "Es mi hija", contestó, sin dejar que ella diera su nombre.
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