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UN NOBEL CONTRA LA GUERRA | Aulas

"El sueño de la razón engendra monstruos"

Saramago muestra su rechazo a la guerra y pide a los gobiernos que respeten a sus pueblos

El sueño de la razón engendra monstruos y esto es lo que está pasando en varios países, donde la razón está durmiendo y la pesadilla que sufren es el monstruo que está por llegar: la guerra". Con esta reflexión extraída de una sentencia que figura en un capricho de Goya y a siete días vista de que venza el ultimátum que Estados Unidos, Reino Unido y España han dado en la ONU a Sadam Husein, el escritor José Saramago analizó ayer la situación prebélica que vive el mundo y, en especial, Europa.

El Premio Nobel de Literatura, que participa esta semana en el programa de doctorado El poder y la palabra de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, centró su análisis en el papel que ha decidido jugar en esta crisis mundial el presidente del Gobierno español, José María Aznar. "Creo que Aznar ha pensado que esta era la oportunidad de hacer de España un interlocutor válido y primordial de los Estados Unidos en Europa, pero se ha equivocado (...) En la época de Bill Clinton, Alemania era la nación que jugaba ese papel de interlocutor principal y ahora que Alemania, por su postura contraria, no cuenta, Bush ha buscado otro. Pero los EE UU no tienen amigos, sólo intereses. Aznar cree que ese papel, que es momentáneo y por interés, va a ser per secula seculorum y ese es el error de Aznar", explicó el escritor portugués.

Saramago optó por obviar la postura adoptada por el Gobierno luso -"porque Portugal no pinta nada", dijo- en esta escenificación de una guerra que considera "casi inevitable".

Duplicados

Recurriendo a su última novela, El hombre duplicado, en la que el protagonista conoce a su réplica, Saramago ahondó en sus críticas a líderes como el presidente de los EE UU, Goerge W. Bush, José María Aznar o el primer ministro portugués José Durao Barroso. ¿Son Aznar y Barroso los duplicados de Bush?, preguntó un asistente. "No lo son porque no pueden. No tienen un millón de soldados desplegados por el mundo como Bush. Diría que Bush es un duplicado mejorado de Aznar", contestó cargado de ironía Saramago, quien poco antes había realizado un somero pero completo repaso a la situación geopolítica que derivará del conflicto en Irak.

"Israel es la cabeza de puente de EE UU en Oriente Próximo. Whasington diseña la estrategia de Israel y la derecha israelí tiene en su mente la idea de crear un gran Israel. Ellos son una piedra más del plan estratégico geopolítico de EE UU y ahora le toca el turno a Irak", indicó el novelista. "Mañana, después de la guerra, el siguiente paso será recomponer todo el espacio del medio oriente y, si no con la guerra como medio, sí con las compañías petroleras que ya están allí. No olviden que tras la guerra, Irak será el primer productor de petróleo por sus reservas intactas", vaticinó Saramago, quien achacó estos planes "al avance imperialista de Bush, que quiere tener sus fronteras lo más lejos posible de EE UU".

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Esta reflexión le sirvió a Saramago para reforzar sus argumentos sobre la errónea postura adoptada por líderes europeos como Aznar, Barroso o Berlusconi. "¿Cuántas bases de otros países existen en el territorio de EE UU?", preguntó el nobel. "Ninguna. O se creen que Bush va a autorizar a Aznar a que monte una, aunque sea chiquita, allí. Sin embargo, sólo en Italia son más de 80 las bases americanas que hay".

Sostuvo que es impropia la actitud que estos líderes, azuzados por Bush, muestran contra aquel que disiente de los planes de guerra ya en marcha: "Ahora se amenaza a Francia con serias consecuencias ¿Es que no se permite que se tenga una opinión propia y que esta no sea a favor de la guerra?", apuntó.

Estas "amenazas", no obstante, no sorprenden demasiado a Saramago, quien se refirió al "bochornoso espectáculo" que brindaron los diputados del PP a Aznar después de que 183 parlamentarios apoyasen las tesis belicistas del Gobierno para criticar la forma en la que algunos gobiernos desprecian el sentir mayoritario de sus pueblos, pese a que en numerosos países los ciudadanos tomaron las calles para mostrar de forma abrumadora su rechazo total a la guerra en Irak.

"Se les veía contentos"

"El Gobierno español nos debería de haber ahorrado el bochornoso espectáculo del aplauso cerrado a la guerra en el Parlamento y sin embargo se les veía contentos, aplaudiendo, felicitándose unos a otros por haber aprobado una moción que lleva a la guerra", dijo Saramago, que abogó porque, en asuntos tan trascendentales como es participar en un conflicto, se tenga en cuenta la opinión del pueblo.

"El pueblo tiene la potestad moral de que se le consulte otra vez en estos temas, no sólo cada cuatro años. Pero para ello hace falta que haya un gobierno que se respete y que respete al pueblo. El fallo del sistema en el que vivimos es que se pueden hacer cosas nada democráticas democráticamente"

¿Solución para esta confrontación pueblo-gobierno? "Hay que reinventar la democracia. Mandan las multinacionales y el poder económico y los gobiernos son sólo los comisarios políticos. A los que hay por encima de ellos no podemos ni tocarlos", aseguró el escritor.

"Lo cierto es que a las mayorías parlamentarias absolutas no se las puede controlar, pero sí cambiarlas a la primera de cambio", concluyó Saramago.

Cortejo fúnebre con 3.000 firmas

Emulando un cortejo fúnebre por la muerte de las conciencias, miembros de la Asamblea Universitaria Contra la Guerra llevarán hoy más de 3.000 firmas de rechazo a la intervención militar en Irak recogidas en la Universidad de Sevilla.

Vestidos de riguroso luto, algunos profesores, estudiantes y trabajadores universitarios saldrán a las 13.00 de la Facultad de Derecho para hacer entrega en la Delegación del Gobierno en Andalucía de las firmas recogidas hasta el momento en las facultades de la Hispalense contra el ataque a Irak.

Esta iniciativa se suma a las que está organizando este movimiento universitario contra la guerra en Irak. Entre ellas destacan las clases publicas en distintos lugares de la ciudad de Sevilla que se celebraron la pasada semana y las concentraciones semanales en la puerta de los centros de la Hispalense. La Asamblea Universitaria Contra la Guerra ha decidido adoptar la forma de un cortejo fúnebre porque cree que la posición del Gobierno español respecto a la posible guerra en Irak refleja que se ha perdido la conciencia.

"El espectáculo público de representantes populares celebrando alegremente en el Parlamento una votación que va a traer consigo el asesinato de ciudadanos iraquíes y que va a provocar destrucción y sufrimiento a un pueblo demuestra una insensibilidad absolutamente ajena a los sentimientos de la población española. Una vez más, ahora con la máxima tristeza, los universitarios sevillanos tenemos que decir no a la guerra, no en nuestro nombre", expone este colectivo universitario en un comunicado.

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